12|Lidiando Con Kath.

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Por favor, es Kathleen, la niñera de mi hermano menor, ella podía sonreírle de esa manera a quien ella quisiese. Es solo una niñera, Mikhail.

Agarro la botella del suelo y camino con ella entre mis dedos hasta la barra, desde la distancia puedo escuchar la suave melodía de su risa causada por alguna cosa que le habrá dicho el bartender. Aprieto mis labios, caminando hacia su dirección.

En el momento en que me encuentro junto a ella puedo ver lo que se encuentra bebiendo, una explosión de alcohol que podría noquear a cualquier novato durante una semana.

¿Qué diablos estás bebiendo, ninfa?

— ¿Ninfa?

Ella se gira lentamente con una sonrisa imborrable en sus labios, apestaba fuertemente a alcohol y sus ojos estaban entreabiertos, oh mierda, estaba ebria.

— ¡Bestia!—sus ojos me miran directamente, lo cual me incómoda de alguna manera.

Debes estar demasiado ebria, pequeña ninfa.

— ¿Te encuentras bien?—cuestiono, elevando mis cejas.

— Nunca me he sentido mejor—una sonrisa tonta se dibuja en sus labios, luego se gira hacia su bebida y se traga todo el líquido de una sola estocada, es inevitable para mi observarla como si estuviese desquiciada— ¿Quieres un trago?—me apresuro en negar con mi cabeza— Oh, vamos señor tacaño, yo invito—ella suelta una pequeña risita burlona— ¡Matty, sirveme dos shot más!

El bartender, el cual cuyo nombre debe ser Matt por simple obviedad, no tarda en acatar la orden de Kath, mezclando varias botellas en vasos diminutos. El las coloca frente a nosotros entonces Kathleen se apresura en tomar su vaso y llevarlo a sus labios para luego darme el otro a mí. Meneo mi cabeza, mirándole. Se había pasado de sus límites y mañana estaría con un dolor de cabeza infernal además de vómitos y quizás diarrea.

Debato conmigo mismo entre dejarla allí junto a Matty para que ambos terminen tan ebrios que cuando se den cuenta despierten en una habitación juntos o probablemente en un basurero, desnudos y cubiertos de heces fecales, o simplemente obligarla a irse conmigo para llevarla a su casa con su hermana para que mañana pueda agradecermelo con su humor de perros.

No seas un imbécil, Mikhail.

— Creo que has bebido suficiente por esta noche—farfullo, intentando quitarle el último vaso de alcohol que Matt le ha dado mientras ella se niega a dármelo.

— Oh vamos, me encuentro perfectamente bien, bestia, solo uno más, por favor—ella me suplica, haciendo un puchero y mirándome con esa mirada de cachorrito perdido.

— Kath, no más.

— Por favor, uno más, no seas tan bestia, bestia—dejando salir un suspiro, termino asintiendo, no me convence un vaso más pero a final de cuenta es su cuerpo el que va a sufrir las consecuencias de su frenesí de esta noche.

Ella bebe un vaso más tan rápido que una mueca se crea en su rostro, me resulta divertida la expresión de desagrado en su rostro, con su naríz ligeramente arrugada y sus labios curvados hacia abajo. Cuando me doy cuenta de las intensiones de Matt, las cuales son servirle más tragos hasta provocar la muerte de la niñera, le detengo secamente.

— No más bebidas para ella, ¿comprendes?

— Pero...—Matt intenta refutar, mirándome con acidez.

— Es una orden, Matt—le digo del mismo modo ácido que él—a menos de que prefieras perder tu trabajo por embriagar a una menor de edad.

Matt junta sus labios con fuerza pero se limita a asentir. Le doy una mirada de aprobación debido a que ha tomado la decisión correcta al no llevarme la contraria. Me dispongo a tirar del brazo de la niñera para alejarla del lugar pero ella se opone, resistiéndose. Demonios, hasta estando ebria se resiste a mi.

Atracción Irresistible © | EN FÍSICO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora