Cap24

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  Estaba sentada en la cabeza de la mesa, tenía las dos manos apoyadas al lado de mi plato vacío y la anciana estaba al otro extremo, sentada, bebiendo de su té asqueroso que tenía moho.

Entonces, tocaron la puerta.

Yo no me molesté en levantar la mirada mientras la anciana iba sonriente a la puerta. Oí como crujía mientras escuchaba más de dos pisadas venir. Entonces, sentí una mano en la mía.

Volteé a verlo, estaba débil y herido. Vi su mano y le faltaban dos uñas. Hubiera jadeado del susto, si hubiera tenido fuerzas. Esto todo era mi culpa. Él se sentó junto a mí y por alguna razón me sentí feliz de poder estar cerca de él.

—Tenemos que hacer algo. — Le dije y él no contestó. Sólo mantuvo su mirada abajo y negó con la cabeza, entonces me callé.

El hombre con máscara de conejo se sentó al otro extremo junto con la anciana. Y sólo bebían té. Sin decir una sola palabra. Nos estaban observando, yo sólo quería despertar de esta horrible pesadilla.

—Michael...

—Shh... — Dijo y puso un dedo tembloroso en su boca, veía lágrimas salir por su rostro. Oh, dios. ¿Qué te habían hecho? Apreté los labios, era hora de que yo lo salvara a él.

Los observé muy bien, seguían tomando té sin decir una sola palabra. Sólo inclinaban su taza en su boca, la volvían a poner en el plato que sostenía su otra mano, pasaban dos segundos y repetían el proceso, los dos al mismo tiempo, tan sincronizado.

Así por veinte minutos. Hasta que se rompió la coreografía y en vez de apoyarlo sobre el plato y volver a alzarla. Pusieron el pequeño plato en la mesa con la taza encima.

El conejo asintió en forma de saludo y entonces caminó hacia nosotros. El plan que tenía en mente no iba a funcionar con él. Ya que tenía una máscara. Entonces; lo que hice fue tomar el pequeño cuchillo de té y cuando puso su mano a un costado de Michael para levantarlo, lo enterré en su mano.

El conejo se la llevó al pecho y abrió la boca, pero no emitió ningún sonido. Y no me iba a quedar a averiguar porque, así que tomé a Michael de la mano y salimos de ahí.

Llegamos a la puerta principal y entonces nos encontramos con una niña pequeña, tenía una máscara de conejo y grité alzando el cuchillo.

—No.... No... ella es.... Es buena. — Dijo Michael y entonces yo me relajé. La pequeña niña me tomó de la mano y empezaos a caminar.

Vi el cielo, era de día. Se veía gris, pero claro. Y había mucha neblina que no podía dejarme ver.

Entonces, llegamos a un punto plano en el bosque. No había más que árboles y no se podía pasar. La niña empezó a excavar abajo en las plantas y hubo un hoyo. Hizo un ademán en la mano y yo dudé. Pero si Michael confiaba en ella, yo también.

Primero metí a Michael y luego me metí yo. Asomé la cabeza por el hoyo y miré a la niña.

—Gracias. — Le dije.

—Dulce o truco. — Me dijo extendiendo sus manos. — ¡Dulce o truco! — Ahora estaba realmente enojada.

Yo simplemente metí la mano a los bolsillos de mi pantalón y saqué unas cuantas golosinas que había conseguido cuando compré con Michael. Las deposité en su mano.

—Feliz Halloween. — Sonrió y entonces poco a poco se fue cerrando el hoyo con las ramas que lo cubría.  

EUPHORIAWhere stories live. Discover now