Cap21

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  "—No me dejes, por favor. — Le supliqué. Jamás me había sentido tan vulnerable. — No me dejes, Jolene. Sin ti no soy nada, no te lo digo a menudo y soy un estúpido por eso, pero por favor, no... Si me dejas y te vas con él... Yo... yo estoy perdido.

—..."

Unos días antes...

— ¿Sabes qué día es hoy? — Susurró en mi oído. Yo gruñí tapando mis ojos con la almohada junto a mí. — Despierta. — Canturreó y yo la volteé a ver.

—Jolene... — Susurré levantándome, tallé mis ojos y la observé. — ¿Cómo entraste? — Ella sonrió poniendo un dedo sobre mi abdomen desnudo y luego lo llevó a sus labios pronunciando un leve "shh" — No deberías estar aquí. ¿Sabes?

—Lo sé. — Sonrió y besó suavemente mis labios. — Pero es que te extrañaba. — Sonreí besando su mano. — Pero no me has contestado. ¿Qué día es hoy?

—No lo sé. — Me tallé los ojos y miré mi celular. — No lo sé. Veintiocho ¿Quizá?

—Así es. — Sonrió y se metió conmigo debajo de las sabanas. — Dos días para Halloween.

—Halloween. — Repetí analizándolo. — ¿Qué hay con Halloween?

— ¿Me acompañarás a pedir dulces? — Preguntó acercándose a mí y yo sonreí asintiendo. — Podría amarte por siempre.

La miré y sólo le dediqué una sonrisa. Suspiré y me levanté. Caminé por la habitación hasta llegar a mi espejo y recogí mis pantalones mientras caminaba hacia el baño. Sentí su mirada pegada a mi espalda y sabía que estaba confundida, pero me metí a la ducha antes de que ella pudiera decir alguna palabra.

Cuando salí con la toalla enrollada a mi cintura ella no dijo ni una sola palabra. Sólo estaba sentada frente al espejo cantando en voz baja. No se percató de mi presencia ni un minuto, estaba afinando su voz, tenía los ojos cerrados y cada vez que creía fallar una nota, apretaba sus párpados y fruncía los labios con frustración.

Terminé de vestirme y me coloqué detrás de ella, parecía estar en un trance. ¿En qué me había metido al besarla? Jolene no estaba loca, pero era cierto que tenía varios problemas. Mi vida no era la más tranquila del mundo, no necesitaba más drama en ella.

—Piensas muy alto. — Me dijo ella y no me había dado cuenta cuando había parado de cantar y ahora me veía por el espejo frente a ella. — Puedo sentir tu aura. ¿En qué pensabas? — Preguntó viéndome aún fijamente y yo sonreí.

—En ti. — Cuando respondí ella volteó, ahora su expresión era más serena y me estaba sonriendo. Me encuclillé para que mi rostro quedara al nivel del suyo y hubo una pausa antes de que empezara a hablar de nuevo. — Jolene. ¿Qué somos? ¿Qué quieres que seamos?

—¿Eso no deberías decírmelo tú? — Murmuró con una sonrisa. — Nunca había tenido un novio antes.

Fruncí los labios. — ¿Y Chase?

Se encogió de hombros. — Chase nunca fue mi novio... en realidad. Quisiera ser tu primera. — La observé atentamente, pensando a donde quería dirigir esto. — Tom solía decir que una vez que amas, ya no es lo mismo. Simplemente estás buscando tu sustituto. — Luego volteó de nuevo al espejo y se miró. — Yo soy el sustituto.

—No digas eso, Jolene. — Susurré poniendo las manos en sus hombros. — Tú no eres sustituto de nadie.

—Tú lo eres. — Murmuró y yo la miré con atención. Sus ojos se encontraban idos en el espejo y aunque me miraba a mí, yo sé que su mirada iba más allá que mis ojos. — Eres un sustituto de Tom.

—Bueno, supongo que lo querías mucho.

—Sí. — Asintió mirando sus manos unidas. — Pero te quiero más a ti.

—Y yo a ti. — Sonreí dándole un beso en la mejilla. Me levanté y ella se volteó del espejo. — Jolene. ¿Por qué no me esperas a fuera y veremos que hacemos para conseguir dulces, sí?

Ella asintió levantándose del banco frente al espejo. Se paró frente a mí y mantuvo su mirada muy unida a la mía. Luego tomó mi rostro, besó mi mejilla y salió de ahí.

Yo dudé un segundo, pero entonces me dirigí a mi habitación, quité el espejo donde ella se estaba viendo y lo escondí en el armario, quité el del baño, el que estaba junto a mi cama, todos y los metí al armario, si no funcionaba esto, definitivamente me iba a dar un tiro.

—No hay mucho que hacer en este pueblo. — Me dijo mientras se acomodaba en el copiloto. — Lo único que hay es la escuela, el bar, el hospital y ese hospital psiquiátrico donde dices que va Elle.

—Tiene que haber un lugar donde vendan dulces por aquí. — Sonreí aún manteniendo la vista al frente. — Es Halloween.

—Michael... — Suspiró abrazando sus piernas. — En Geizt Prizark es Halloween todo el año.

Fruncí los labios y tomé su mano. — Me imagino que sí.

— ¿Podrías acompañarme a un lugar después de conseguir dulces? — Preguntó y yo asentí. — Es un lugar donde solía ir con Tom cuando las cosas se ponían aburridas.

—No podemos tardarnos mucho. — Miré a mi reloj. — Tenemos que estar en dos horas de vuelta al instituto. ¿Está bien? — Ella asintió.

Fuimos a una tienda junto al bar donde pudimos encontrar algunos dulces. Jolene escogió algunos con una sonrisa en su rostro. Ahora íbamos camino al lugar donde ella me dijo. Protesté un par de veces que era tarde y ya nos estábamos alejando un poco, pero sólo recibí dos miradas asesinas como respuesta.

—Dobla aquí. — Señaló y yo la miré extrañado, no había carretera acá. — Confía en mí. — Se quejó y yo dudé. Y algo me dijo en ese momento que diera vuelta atrás, que no me importara si se enojara conmigo o no. Ese algo me lo exigió, pero no le hice caso.

Que estúpido fui.  

EUPHORIAWhere stories live. Discover now