Capítulo 19:Estamos juntos, es lo que importa.

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TaeMin rodeó su cuello con sus brazos, lo acercó y se fundieron en un beso que no parecía tener fin alguno. Abrió las piernas, pidiendo ser reclamado, ser amado, MinHo tanteó sus pantalones, a tropezones se los quitó hasta estar totalmente desnudo, rozando su pene contra el de TaeMin.

Gemidos de placer llenaban la habitación, sus voces entrecortadas, las manos explorando, exigiendo más y más; en ocasiones les parecía que cuatro años apenas era un pestañeo, que se habían conocido la semana pasada, porque el tiempo pasa tan rápido y solo ese pequeño fragmento de vida les trajo demasiadas cosas con las que lidiar.

Unas buenas, otras malas.

MinHo fue dejando besos por todo el cuerpo de TaeMin, sus dedos dentro del castaño, estirando su ano para recibirlo.

—Min...no juegues, yo...—su espalda se retorció en lo alto, sudor comenzando a formarse en su frente.

— ¿Tanto lo necesitas? —le miró provocativamente desde las piernas abiertas, le mordió la ingle, ignorando a propósito el pene erecto delante de sus ojos.

—Mucho —admitió, sus manos fueron a la cabeza del alto, jalando sus cabellos con sus dedos, con mucha fuerza—. Ahora.

La demanda no sería ignorada.

Sacó los dedos, tomó las piernas de TaeMin hasta colgarlas sobre sus hombros, uno en cada lado, sacó la botella de lubricante que guardaban debajo de la almohada, vertió un poco en su pene y lentamente, fue introduciéndose, disfrutando de ese calor tan familiar, de lo delicioso que se sentía estar dentro de la persona que tanto ama. Sus movimientos al inicio fueron lentos, las uñas de TaeMin se clavaron en su espalda, sus jadeos incrementaron, toda la habitación giraba a su alrededor, todo parecía esfumarse, solo existían ellos, sus cuerpos...

...sus promesas, sus sueños, los anhelos.

—Muévete —susurró TaeMin al capturar el labio hinchado de MinHo entre sus dientes. Y cuando sintió el primer embate contra su cuerpo gritó su éxtasis hasta que la garganta le comenzó a arder—. Hazlo, sí, más rápido...

Cuando una persona ha pasado por tanto, siente temor de que todo lo que la vida le dé posteriormente a sus tragedias, le sea arrebatado, un destino cruel que nunca dejará que la verdadera felicidad llegue.

Esos eran los pensamientos de TaeMin desde el día que alejó a MinHo de su lado, se creía inmerecido de tener a alguien como él, no había día en que se torturara pensando en que nunca sería lo suficiente bueno.

Y aunque tardó en poder disipar esos pensamientos tan negativos, ahora sabe que ellos deben estar juntos, que sin importar nada, no gastaría su energía creyendo que no merecía a MinHo, o a su hija, o a sus amigos y familia.

Sus cuerpos chocaban, haciendo ruidos, haciendo eco. Cuando TaeMin sintió un hormigueó en la parte baja de su vientre, se corrió, dejando semen entre sus estómagos, sus brazos ya sin mucha energía cayeron a sus costados mientras MinHo seguía en su interior, pocos segundos después, el gruñido que salió de la boca del alto lo hizo sentir que todo vibraba. Sintió calor, el cuerpo de MinHo cayendo sobre él, besándole el cuello con cariño.

—Espero que el sexo siempre sea así de increíble —soltó entre jadeos.

MinHo rio sobre su cuello, se le puso la piel de gallina.

—Haré mi mejor esfuerzo por que siempre sea así.

Beso tras beso, las caricias fueron incrementando hasta que la excitación llegó a tope de nuevo.

—Otra vez —sonrió cuando lo dijo.

—Las veces que quieras —le respondió, luego le comió la boca en un abrazador beso.

Cuando te encuentreWhere stories live. Discover now