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Y aqui estamos, espersndo a que la luna este en su punto maximo. Tyler me pidió que lo ayudara a encadenarce lo cual hice hace ya un par de minutos.

Caroline y yo nos encontrabamos sentada esperando, mientras Tyler se encontraba algo nervioso.

—¿Qué hora es? —pregunto Tyler.

—Si sigues preguntando se hará más lento el tiempo —mencioné.

—Son casi las ocho —respondió Caroline. Mi celular en el bolso de mi pantalón comenzó a vibrar.

—Un segundo —pedí al los presentes poniéndome de pie—. Ya vuelvo —informe a los dos para dirigirme a la salida.

—Diga.

—Hermanita querida ¿donde estas?

—¿Para que quieres saber Damon?

—Necesito que vengas —respondió.

—¿Dónde estás?

—En el Grill

—¿Que? ¿Te aburriste de beber solo? —mencione sarcástica.

—Hay una chica...

—¿Jules? —interrumpí—. ¿La licántropo? Si lo sé, déjala en paz. Matente lejos de ella. Hoy hay Luna llena —recordé.

—¿Quién te lo dijo? ¿Tyler? —preguntó con su típico tono de voz—: El nuevo lobo del pueblo.

—Mantente alejado Damon —aclaré arisca.

—Temo que la que sea mordida sea otra.

—Se cuidarme sola —aseguré—. Quédate en casa. De hecho si puedes enciérrate en un búnker. Te veo casa, adiós.

Colgué el celular, solté un suspiro cansado. ¿Qué acaso mi hermano es un iman de problemas e inestabilidad? Ingrese de nueva cuenta a la cueva.

—Es mejor que la inyectes - mencione al ver cómo Tyler vomitaba el agua—. Nunca la podrás digerir.

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Tyler cada vez estaba peor, la trasformacion avanzaba y avanzaba, sus quejidos y gritos hacía que lo humano que quedaba en mi se partiera en pedazos

—Tyler —chillo la rubia cuando este empezo a quejarse más.

—Aléjate —lloriqueaba él del dolor.

—Caroline —llame a la rubia. Tyler doblo el brazo hacia atrás rompiéndose totalmente. Abrace a la rubia cuando se volteó asustada al ver tan impactante imagen—. Tranquila nena —susurre en su oído—. Shh, shh.

—Váyanse —pidió Tyler.

—No —sentencie—. Nos quedaremos aquí.

Tyler siguio quejandose de dolor, pero es que, ser un hombre lobo no es nada facil, tu cuerpo se transforma y tus huesos se rompen de uno en uno hasta obtener el resultado deseado.

—Tranquilo Tyler —mencionó la rubia.

—Estamos contigo chico guapo —mencioné.

—Por favor váyanse —rogó entre llanto.

—No —mencionamos las dos. Por unos minutos Tyler se tranquilizo y su respiración se modero.

—Tienes que ser fuerte Tyler, por favor —susrre en su oído y tomando una de sus manos—. Eres muy valiente y lo estas haciendo muy bien —bese su cabello, pero de nuevo empezo a doblerse del dolor.

La Tercera Salvatore - Libro I [En edición]Where stories live. Discover now