La semana había pasado lenta y tortuosa, tanto para Gino como para Ethan. Para empezar, ninguno de los dos soportaba ver cómo Dafne y Julia se evitaban, hasta el punto de intentar no pasar siquiera la una por el lado de la otra. Al parecer, Julia estaba intentando olvidar sus sentimientos hacia ella, y para lograrlo era mejor no encontrarse absolutamente con nada de ella. Ninguno sabía qué pasaba por la cabeza de Dafne, pero era totalmente distinta a aquella que le dio la bienvenida a Gino, Bailey y Noah, que no se callaba ni bajo el agua y que parecía traer con ella siempre los rayos del sol de la mañana.

Por otro lado, Ethan no dejaba de pensar en lo de Noah. Quería dejarlo correr, pero no podía. Llegó a la conclusión de que tendría que vigilarlo por si acaso, aunque le doliera dudar de la fiabilidad de un amigo tan bueno como lo era Noah. Además, el rubio tenía que cargar con el peso de Alan, que le hacía participar en las clases de teatro, a no ser que el ejercicio implicara estar solo sobre el escenario. A él le costaba, y más siendo el mayor centro de atención de toda la clase, pero, la mayoría de veces, acababa lográndolo. Tal vez era gracias a la compañía de Gino. Dafne, por su parte, se abstenía de hablar también con ninguno de ellos durante las clases de teatro.

A Gino también se le hizo rara su nueva condición. Melody no le había molestado desde que pasó ese... "algo" con Ethan, así que había podido ensayar con él junto al arpa y estudiar con Julia sin aquellas punzadas constantes que parecían herirle la mente por dentro. Y lo agradeció infinitamente. Pudo dormir bien, y estaba más descansado y relajado. Pero, a parte, logró darse cuenta de algo.

Había un sentimiento que le invadía cada vez que veía a Ethan. No parecía nada nuevo, así que tal vez llevaba mucho en su interior. Puede que en los 4 meses que llevaba conociendo a Ethan había ido creciendo, pero él nunca había logrado darse cuenta. Por Melody. Pero ahora lo sabía, que era feliz cuando estaba junto a él. Se sentía cómodo y quería volver a encontrarse con él nada más despedirse. Esperaba sus buenos días y sus buenas noches se alargaban hasta el momento en el que caía en los brazos de Morfeo.

De hecho, una tarde en la que salieron del aula de música tras practicar con el arpa, Ethan se marchó en dirección contraria a la que las habitaciones estaban ubicadas, y Gino no dudó en preguntar.

-Hoy no hay luna- contestó Ethan-. Siempre que no hay luna me quedo en la azotea hasta que anochece.

Se quedaron en silencio, ambos pensando en lo mismo, hasta que el mayor retomó la palabra.

-¿Quieres venir?

Gino sonrió al saber que no era el único que no estaba dispuesto a despedirse.

-Claro.

Pasaron mucho rato sentados en el suelo, de cara al sol que se ponía entre los edificios, hablando de muchas cosas tan solo por hablar, hombro con hombro. No tardó demasiado en empezar a anochecer, y continuaron hablando acompañados por los últimos rayos de sol del día.

-Ethan- Gino le llamó por su nombre tras unos segundos de silencio, para empezar un nuevo tema de conversación-, hace... mucho que no te veo con ninguna chica. Últimamente escucho quejas de algunas. ¿Hay algún motivo?

Gino sabía que le gustaba a Ethan, pero eso no era motivo para que dejara de ser un donjuán. Tan solo por una pequeña atracción, es una tontería negarse a hacer algo si tenías la oportunidad. Eso era lo que creía Gino. Pero Ethan, sin despegar la vista del rastro que dejaba el sol, contestó brevemente.

-Lo hay.

Gino se sintió mal de alguna forma al escuchar eso, así que lo dejó correr. Algunos pájaros cruzaron el cielo sobre ellos. El rubio interrumpió la paz esta vez.

However (Yaoi/BL) [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora