Gino estaba frente a su taquilla, leyendo la nota que había escrito él mismo una última vez antes de ponerla en su lugar.

"Deja de decir que eres lamentable, anda. Lo digo sinceramente. No me gustan los cumplidos por compasión. Uno tiene que hacer las cosas bien para que te lo digan, si no, nunca mejorarás, ¿no crees?
Ah, una cosa, aún recuerdo que en tu primera nota explicabas lo que sentías hacia alguien... si quieres te puedo aconsejar. Llevo toda la vida conviviendo con dos amigos reprimidos que se gustan y no se lo quieren decir, así que he vivido de todo. Si no quieres, no, ¿eh?
Por cierto... ¿te parece que esto se convierta en una tradición? No sé, me gusta hablar contigo, aunque no sepa quién eres. Espero que sea mutuo. Espero tu respuesta."

Estaba incluso nervioso, y se odiaba por ello. Solo era una nota... si le rechazaba, no pasaría nada. Haría montones de amigos allí. Pero, aún así, no podía evitar sentirse inseguro. Agitó la cabeza para ahuyentar esos pensamientos y colocó la nota de la misma manera que la última vez. Miró a los lados un par de veces para asegurarse de que nadie le veía, pero todos estaban ya en el comedor. Al sentir sus tripas rugir, decidió hacer lo mismo que todos.

Al llegar al comedor, Bailey y Noah ya le estaban esperando en la mesa de siempre. Tras coger la comida, se sentó junto a Noah.

-¡Que aproveche!

-¿Por qué has tardado tanto?- le preguntó Noah, como recriminándole algo.

Gino hizo caso omiso de su tono y empezó a comer, restándole toda la importancia que él le estaba dando, secundado por Bailey, que ya le estaba mirando con intriga.

-Porque estaba poniendo mi nota en la taquilla.

-¿No nos la has enseñado antes?- preguntó el castaño, para luego volver a comer.

-No. Ya no os enseñaré más nada. Lo siento como una violación de la intimidad de una persona a la que ni siquiera conozco. No me parece justo. Así que ni penséis en coger la nota.

Sus argumentos sonaron tan consistentes que los otros dos se miraron mutuamente y decidieron callar y seguir comiendo. Lo que no sabían era que, en realidad, no quería volver a enseñárselo porque no quería que supieran que les había llamado "amigos reprimidos", y menos que se gustaban. Era mejor así.

Continuaron comiendo en silencio, cada uno metido en sus propios pensamientos, hasta que alguien resplandeciente se sentó en la silla vacía. Y no, esta vez no era Dafne. Los cabellos rubios de Ethan relucían como si del mismo sol se tratara, acompañados por su radiante sonrisa.

-¡Buenas tardes!- dijo, felizmente.

Gino se dio un susto de muerte, dejando caer el tenedor sobre el plato. Se puso la mano sobre el corazón, con la respiración agitada. Cuando se tranquilizó, asesinó repetidas veces a Ethan y su estúpida sonrisa con la mirada. Los otros dos hicieron grandes esfuerzos para no morirse de la risa.

Llamaron la atención de varias personas del comedor. Se empezaban a escuchar cuchicheos del estilo "¡Wow, los dos más populares de la academia juntos en la misma mesa! ¡Debe de ser un regalo divino!". Más de una persona se llevó una mirada venenosa repentina por parte de Noah.

-¡Buenas tardes!- respondió Bailey, aún aguantando la risa-. Ethan, ¿verdad? ¡Bien, por fin conozco al querido amigo de Gino! Qué bien que te venga a decir hola, ¿eh?

Gino ignoró sus burlas y rodó los ojos para después mirar a Ethan acusatoriamente y hablarle con desinterés.

-¿Qué quieres, Moretti?

-Sólo quería saludar- le contestó, haciéndose el ofendido.

Gino suspiró y pasó de él, volviendo a su comida. El rubio aprovechó para pasear la mirada por sus dos amigos. El castaño guapo estaba comiendo, mirando a Gino de vez en cuando y riéndose, y el albino miraba mal a algunas chicas que estaban a unas mesas de distancia. El albino...

However (Yaoi/BL) [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora