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Abrió los ojos lentamente, sin saber con seguridad si lo había hecho del todo, ya que el único color que podía percibir era el negro. No podía moverse, ni siquiera sentía ninguna parte de su cuerpo. Conocía ese lugar, esa sensación... pero preferiría no hacerlo.

-Gino, mi vida...

Escuchó aquella voz clavada en su mente. Tampoco era la primera vez que la escuchaba. Una voz dulce, pero que le hacía querer escapar de allí lo antes posible, con un timbre frío y oscuro.

-Déjame... tranquilo...- dijo con todo tipo de dificultades para emitir su voz. Tenía la boca seca y la voz apenas le salía. Una rara presión le encogía el estómago.

-Ya sabes que no puedo, cielo. Tienes que hacerme un pequeño favor, ¿Recuerdas?

-Yo no te... no te debo nada...

Una suave y risueña risa resonó en su cabeza.

-Oh, venga, no seas así. La venganza está cerca. Solo tú puedes hacerlo.

De nuevo, esa palabra aparecía en la conversación. "Venganza"... quería preguntarle, ¿De qué vengarse? ¿Alguien le había hecho algo? Pero nunca llegaba a responder las preguntas.

-No pienso hacer... daño a nadie...

-Eso no depende de ti, cielo. Tú harás lo que yo te diga. No tienes más opción. Tranquilo, será rápido. Y, entonces, ya te dejaré tranquilo. Pero esto debe salir... perfecto.

Cada palabra que pronunciaba, era un grado más de locura que se denotaba en su voz. No dejaba de sonar suave y amistosa, lo que le hacía parecer aún menos estable.

-¿Por qué... yo...?- consiguió pronunciar esas palabras, a pesar de sentir una fuerte presión, esta vez en su garganta, que le dificultaba la labor.

-No te sientas miserable, mi vida. No soy tu enemiga. Soy tu mejor amiga. Y vamos a hacer esto. Juntos.

-¡Gino! ¡Gino, despierta!

Gino abrió los ojos de golpe al escuchar la voz de Noah dentro de su sueño. Se sentó de inmediato, intentando respirar normalmente, mientras se tocaba el cuello con la mano para comprobar que no tenía nada. Y así era, lo único que había era un montón de sudor, pero también por toda la ropa y las sábanas. La cabeza le daba vueltas. La cama estaba iluminada por una tenue luz que provenía del móvil de Noah.

-Gino, ¿estás bien? Me he despertado porque te estabas moviendo mucho, y he escuchado la cama chirriar, y luego he escuchado cómo llorabas, y...

Noah estaba arrodillado a los pies de su cama, con expresión preocupada, haciendo un esfuerzo enorme por no perder los nervios.

-Sí, tranquilo. Es que... anoche, al final, no me tomé las pastillas.

Noah frunció el ceño, sabiendo lo que eso significaba.

-¿Has soñado con ella?

Gino bajó la mirada. Noah y Bailey eran los únicos que sabían de su problema para dormir, a parte de sus padres, claro.

-Sí...

-Tranquilo, ¿vale? Es solo un sueño.

Noah cogió la botella y las pastillas que estaban detrás de él, encima del armario, y se las dio, todo esto con la ayuda de la luz de su móvil.

-Tómate una e intenta dormir. Son las 3:00 de la mañana. Si te quedas despierto, el primer día será horrible.

El pelinegro sonrió y miró los ojos azul cielo de Noah, levemente iluminados.

However (Yaoi/BL) [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora