Capítulo 38

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 Vio a Jota esperándolo con cara de pocos amigos al lado de su moto.

-¿Qué coño te pasa? ¿Quieres arruinarlo todo?

David comprendió su enfado y dejó que le hablase así porque no había nadie a su alrededor. Si hubiese alguna persona Jota ni tan siquiera se habría atrevido a abrir la boca en su contra. Cuando estaban solos era su amigo, pero cuando estaban en grupo era su jefe. Igual que Maek para David, aunque Maek fuese quien lo controlase todo.

-Tranquilo Jota. ¿Qué pasa?

-Eres un insensato Cobra. ¡Eres un jodido insensato! ¡Maek quería hablar contigo para saber como fue la reunión con Don Giovín y se ha puesto hecho una fiera porque no lograba localizarte!

-Espera...-comenzó David, pero Jota lo calló con sus gritos.

- ¿Cómo se te ocurre hablar con Don Giovín y no informar a Maek luego? ¿Qué coño le ha pasado a tu teléfono? ¿Sabes que ha pagado el enfado con Cat? ¿Sabes que ha pasado la noche con ella y con sus guardias? ¡Y ya sabes la fama que tienen sus guardias con las mujeres! ¿Qué demonios te pasa? ¡Se ha llevado toda la puta noche gritando y llorando!

David recibió aquello como una jarra de agua fría. La furia lo recorrió mientras Jota seguía echándole cosas en cara y él arrancaba su moto, furioso con el mundo y sobre todo con su jefe.

-¡Eh, eh, espera!. ¡Espera!

Jota lo siguió. 

-¡Cobra!, ¡espera! -chillaba mientras corría detrás de David y saltaba encima de su moto.

Tras forcejear los dos en la moto de David, el chico frenó y se encaró con su amigo, quien le pegó un puñetazo.

-¿Es que eres imbécil? ¡No puedes encararte con Maek! ¡¿Te has vuelto loco?!

David se bajó de la moto con frustración e impotencia.

-¡¿Dime que coño hago Antonio José?! ¡Dime que demonios hago!

Se llevó ambas manos a la cabeza y se puso de cuclillas en el suelo, intentando asimilar que Cat había sido violada y maltratada por su jefe y por sus guardias. A pesar de ser prostituta, los clientes siempre solían tratarla bien por miedo a Maek y a las represarias, pero si eran los guardias de confianza de su jefe los que habían pasado la noche con ella...David gritó furioso y con el gesto desencajado.

Varias personas que caminaban por la calzada se pararon unos segundos a observarlo antes de darse prisa y alejarse. Una mujer se asomó por el balcón y se les quedó mirando con gesto de pocos amigos.

Jota se acercó a él, tratando de calmarlo.

-Cumple con tus obligaciones la próxima vez. Ya sabes cómo funcionan las cosas aquí.-le dijo, sintiéndose extraño de que Cobra lo hubiese llamado por su verdadero nombre y recordando el momento en el que le puso el mote de Jota.

Un escalofrío recorrió al chico pelirrojo mientras miraba a su amigo sin saber bien que decirle.

-Cumple con tus obligaciones, con sus órdenes...estate localizable siempre para Maek y pase lo que pase no le lleves la contraria. Eso es lo que deberías de haber hecho.

David le dirigió una mirada afligida aún en el suelo, y Jota se acercó a él y le tendió la mano. Sus ojos verdes se pusieron serios al ver al chico en aquella situación.

-Ahora, lo que debes de hacer es ir a ver a Cat.

A David le faltaba el aire y necesitaba gritar al mismo tiempo, pero se levantó e hizo lo que su amigo le decía. Había tenido el móvil sin batería. Había estado disfrutando y durmiendo con la chica de sus sueños mientras su amiga era violada y atormentada. Su amiga que estaba en ese lugar por su culpa. Se echó en cara demasiadas cosas en un momento y una sola lágrima de frustración humedeció su rostro. Se la limpió con disimulo y el miedo se apoderó de él al pensar que si su jefe conociese a Verónica y supiese de su existencia, podría hacerle lo mismo. Tenía que hablar con ella, tenía que hacerle saber a qué se exponía. Tenía que salir de donde estaba metido, no sabía cómo, pero tenía que hacer algo. Aunque fuese imposible hacer algo. Recordó de nuevo a Jeremie mientras le daba otra punzada en el pecho.

Ciudad de niebla© |TERMINADA| (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora