Capítulo 10

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Ella se interpuso en su camino cuando él se giró y comenzó a andar hacia el chico.

-Está bien. Be..-tragó saliva para poder articular la palabra.- Bésame.

Él sonrió mientras la miraba con aquella impenetrable y a la vez profunda mirada. Daba la impresión de que el chico sabía que ella iba a acabar cediendo. ¿Qué otra opción tenía? Podía darle un puñetazo, pero sus manitas eran tan pequeñas y tan débiles que no lograrían causar el más mínimo efecto en el fuerte joven a parte de la sorpresa y el enfado. ¿Por qué demonios no atravesaba nadie esa maldita explanada de tierra? Escuchó un gemido salir de los labios de Rubén cuando le pegaron una patada en el estómago. Aquello era demasiado injusto.

-Cierra los ojos.-dijo acercándose demasiado a ella y mirándola con suficiencia.

Temblando ella hizo lo que le pedía, mientras sentía de nuevo esa quemazón en su cuerpo cuando el chico la agarró fuertemente por las caderas, pegando su cuerpo totalmente al suyo, hasta que no supo donde acababa uno y dónde empezaba el otro. Verónica inclinó la cabeza ligeramente hacia arriba, esperando encontrarse con los labios del joven. Si no fuese porque el chico la agarraba probablemente se habría caído al suelo.  Su corazón palpitaba frenéticamente mientras notaba aquel fuego dentro de ella. ¿Qué le pasaba? Jamás se había sentido así.

El sonido de una risa a escasos centímetros hizo que abriese los ojos ante aquel beso de fuego que no llegaba. Al abrirlos se encontró con que el guapísimo chico estaba mirándola con expresión medio burlona medio decepcionada.

-No puedo creerme que una chica que aparenta no haber roto nunca un plato como tú sea tan fácil de besar.

Ella le dedicó una mirada dolida. Le había tomado el pelo.

-No soy fácil, pero me has dicho que te besase para que soltases a Rubén.-se defendió.

Él la observó, interesado mientras se pasaba una mano por su cabellera castaña, despeinándosela y dándole un aspecto aún más salvaje.

-Así que es así como se llama el gordo.-afirmó más bien para sí mismo que para ella.

El comentario le pilló por sorpresa. Intentó defender a Rubén, pero el chico la ponía tan sumamente nerviosa que apenas era consciente de lo que decía.

-No es...bueno, puede que este...

David la miraba divertido saboreando los nervios de la joven que de buenas a primeras lo miró decidida.

- Bueno...es una gran persona.-dijo al fin ella.

-En todos los sentidos.-comentó sagaz él.

Ella entendió que lo había dicho con sorna, que lo había llamado gordo de nuevo. Dirigió una rápida mirada a Rubén, quien desvió la vista rápidamente cuando la chica posó sus ojos en él. Verónica se percató con tristeza de que el chico estaba avergonzado.

-Es buena persona, y no se merece que le pegues, ni tú ni nadie.-dijo en un arrebato de confianza- Parad ya por favor...

Una confianza que se perdió por completo cuando David se pasó la punta de la lengua por el labio inferior. Verónica se perdió completamente en aquellos carnosos labios. Por su parte él simplemente la miró con suficiencia.

-¡Parad! -dijo simplemente, totalmente tranquilo.

Los cinco jóvenes pararon y miraron a David. El chico seguía mirando serio a Verónica, con una misteriosa e inescrutable expresión. Ella abrió los ojos sorprendida. No se esperaba que el chico le hiciese caso.

Ciudad de niebla© |TERMINADA| (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora