02|La Primera Impresión.

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— Son unos malditos dioses griegos, incluyendo el bebé al cual me toca cuidar. ¡Me siento una pedofila!—mascullo, sobresaltada— ¡Habías dicho que eran normales, flacuchos y feos!

Jess muerde su labio, reprimiendo una risa.

— ¡Lo siento!—levanta sus brazos al aire con una sonrisa burlona en su rostro— Necesitabas el empleo y si te decía que eran unos de los chicos más jodidamente follables del pueblo, conociéndote Kathleen Taylor, no ibas a aceptar.

— ¡Obvio que no iba a aceptar!—replico, desviando mi mirada hacia al frente.

—Vamos Kath, no es tan malo. Todas las chicas mueren por conocer a los Janssen, incluyéndome, además si tu los conoces, puedes presentarmelos, para así ser la próxima Jessica Janssen.

— ¿Planeas utilizarme para cumplir tus sueños?—cuestiono, levantando mis cejas con incredulidad.

Jess curva los extremos de sus labios, meneando la cabeza, acción que hacía cada vez que intentaba evitar alguna pregunta que no quisiese contestar.

— Es viernes, eso quiere decir que iremos a la fiesta que hará Des Ross en su casa—abro mi boca para oponerme a ir a la fiesta. Las fiestas me agradan, siempre y cuando haya comida en cantidades industriales, sin embargo, no me sentía con un estado de ánimo estable para ir a fiestas— No aceptaré un no como respuesta, Kathleen Taylor.

Bufo, rodando los ojos.

— Lo pensaré.

Bajo del auto un poco apresurada, Jess me guiña un ojo y luego desaparece de mi campo de visión. Dejo salir un sonoro suspiro, trabajar era agotador.

Camino con desgano hasta el timbre, debo estar motivada, sin embargo, mi yo interna se encontraba sobre el sofá riéndose de mi mientras come palomitas. Toco el timbre, haciendo que los gigantescos portones comiencen a hacerce a un lado. Me adentro a través de éstos, sintiendo el aire colarse por debajo de mi ropa.

Tengo prohibido entrar por la puerta principal de la casa, así que me toca rodearla hasta llegar a una de las puertas laterales. Ésta misma se encuentra abierta, dejo mi bolso sobre el pequeño mesón junto con mi suéter.

A pesar de ser un día cálido, hace un poco de frío.

— Señorita Taylor—suelto un pequeño grito interno mientras llevo mis manos hacia mi rostro.

¡Madre mía, me ha asustado!

Sara enarca las cejas mirándome con confusión y luego hace una mueca.

— Sara...digo, señora Janssen, yo...

— Kathleen, se me ha presentado un asunto afuera del pueblo, así que me temo que estaré ausente unos días, una semana como máximo—asiento lentamente, suspirando de alivio en mis adentros— Jordana está para ayudarte, ella se ocupará de los quehaceres del hogar y tú de velar por Mickey.

— Perfecto.

— Nos vemos, Kathleen—dice sin más, cogiendo su bolso, el cual se encuentra en el perchero y seguidamente, saliendo de la casa.

Me tomo unos cuantos minutos para recuperar la compostura e ir a ver a Mickey, en su recámara.

Un poco apresurada, subo las escaleras saltando de dos en dos, la casa es grande. En la planta de arriba se encuentran las habitaciones, a las cuales tengo el acceso prohibido a excepción de la de Mickey. Observo el corredor, dando suaves pasos hasta llegar a la recámara de Mickey. Toco la puerta un par de veces pero nadie responde, se escucha el sonido de los videojuegos desde adentro, mi yo interna me observa atentamente, incitándome a abrir la puerta blanca frente a mi.

Atracción Irresistible © | EN FÍSICO Where stories live. Discover now