Capítulo 15: Justo aquí.

Start from the beginning
                                    

Cuando MinHo agarró el cepillo y fue hasta el sofá con SooJin en brazos y se sentó, TaeMin sintió ganas de llorar por segunda vez, una felicidad que tanto extrañaba llegó con la sonrisa de su hija y la de...el amor de su vida.

Con todos sus sentimientos a flor de piel, se acercó de prisa por detrás del sofá y le dio una abrazo a MinHo cuando apenas y había tomado un mechón de cabello de SooJin. Sus ojos se anegaron en lágrimas y derramó una que rápidamente se secó. Sintió el cuerpo del alto tensarse y se maldijo por su arrebato, de inmediato se hizo para atrás ya sin saber exactamente qué decir.

MinHo volteó el rostro y lo miró a la distancia, no parecía molesto pero si algo perturbado.

—Te prepararé algo sencillo, ¿unos sándwiches están bien mientras esperas la cena?—dijo apresurado, le rehuía la mirada, se sentía como un tonto, tonto y desesperado.

—Tae.

—Si quieres otra cosa...

—TaeMin —le sonrió y el castaño se relajó un poco—. Eso está bien para mí, pero...

—Enseguida lo traeré.

Y se fue tan rápido que MinHo no alcanzó a decirle que no estaba molesto por lo de antes. Simplemente que lo sorprendió.

—Hoy seré tu muñeca —SooJin dijo haciéndolo regresar su atención, la pequeña se dio la vuelta para quedar frente a frente, sus brillantes ojos mirándolo con curiosidad—. ¿Tienes muñecas para jugar? Yo tengo unas cuantas —frunció el ceño—, hay una niña de mi escuela que tiene muchaaas, siempre las lleva pero no las comparte conmigo.

—Uh...no tengo muñecas — respondió cuando la pequeña hizo una pausa—. No es necesario tener tantos juguetes, con unos cuantos bastan —les sonrió.

—Lo sé —sus pestañas se abanicaron—. Papi dice que la cantidad de juguetes no es importante, puedo tener mucha diversión sin tantos juguetes.

—Y es la verdad —enredó un mechón de cabello entre sus dedos.

—Por eso papi no me compra muchos juguetes, dice que no siempre podrá darme los que yo quiera, pero no porque no quiera, sino porque en ese momento no puede comprármelos.

SooJin bajó la mirada, concentrándose en uno de los botones de su gabardina.

MinHo sintió el corazón apretarse, no le tomaba por sorpresa la situación económica de TaeMin, pero escucharlo de la boca de su bebé solo lo hacía sentirse triste; al mismo tiempo se sentía orgulloso de TaeMin por no andarle con rodeos a la niña y decirle claro lo que podía ofrecerle o no, por no hacerla una malcriada.

Pero eso no lo detenía de sentirse preocupado.

—A veces uno no siempre puede obtener lo que quiere —dijo con voz suave. Quería que ella le entendiera, no solía hablar con niños y así que no tenía ninguna experiencia.

SooJin asintió.

—Papi también explicó eso.

La sonrisa de MinHo regresó —Me alegro, pero —le palmeó los hombros en un toque suave—, creo que debería peinarte ya, no quiero tu precioso cabello se arruine. Date la vuelta.

SooJin obedeció, sus pequeños pies se movían de lado a lado mientras le contaba sobre el paseo al zoológico al que la llevaron sus abuelos hace unas semanas. Como era propio de los niños pasaba de un tema a otro, hablando con mucha emoción.

Aunque con tanto ajetreo no le estaba haciendo fácil la tarea de peinarla. Estaba temeroso de halar demasiado fuerte las delicadas y suaves hebras de cabello dorado, pero siguiendo las instrucciones de TaeMin en menos de lo que pensaba ya tenía todo bajo control.

Cuando te encuentreWhere stories live. Discover now