Todo por ti (Camren G!P)|Editado|

Capítulo 27: Una hermosa navidad...

*Bueno y este es el ultimo, espero que lo disfruten y les guste como los otros, que tengan un lindo fin de semana <3

Maratón 4/4

Pov Lauren

-Claro que no, mamá, no te quiero causar ningún infarto- digo a través del auricular de mi celular mientras conduzco hacia la casa de mis padres.

-Tus acciones me dicen otra cosa, Lauren ¿No sé por qué me haces este daño?- escucho los sollozos fingidos de mi madre- ¿Cómo es posible que estés tomando pastillas anticonceptivas? Quieres que me muera vieja, amargada y sin nietos- mamá continua lamentándose, ruedo los ojos- ¿Me dirás el nombre de tu nuevo ginecólogo, hijita?- cambia su tono de voz a uno inocente.

-Claro que no, Clara, es el tercer ginecólogo al que voy porque a los otros los amenazaste no sé con qué por si me recetaban las benditas pastillas- le reprocho con molestia, mamá suelta un bufido del otro lado del celular.

-Tendré que contratar a un detective privado...-escucho que susurra muy bajo.

-Mamá, aún te estoy escuchando- le digo indignada.

-¿Qué? Ah, no es nada, hija, te tengo una sorpresa para cuando llegues ahora a almorzar- cambia rápido el tema, niego con la cabeza divertida.

-Ok, mamá, nos vemos- digo para cortar la llamada.

Luego de cinco minutos aparco en el estacionamiento de la casa de mis padres, me percato que hay un auto que no reconozco ¿Papá habrá cambiado el auto? No le doy mayor importancia. Camino hacia el porche de la casa y toco a la puerta, a los segundos mamá me recibe con una gran sonrisa y un abrazo.

-¿Vienes sola?- Me pregunta haciéndome pasar al interior de la casa.

-Sí, Lucy y Troye tenían que comprar algunos obsequios que les faltaban, mandan a decir que los disculpes y que gracias por la invitación a comer.

- Oh, lastima ¿Pero vendrán a cenar en la noche, no?- me atosiga con la mirada.

-Sí, la cena no se la pierden por nada del mundo- suelto una pequeña risa, me causa gracia y ternura que mi mamá trate a todos mis amigos como si fueran verdaderamente sus hijos.

-Mira ven, alguien te vino a visitar- mamá me encamina hacia la cocina, abro mucho mis ojos al ver la figura de mi madrina sentada en la mesa tomando té y conversando con un chico que aparenta más o menos mi edad.

-¡Michelle!...- mi madrina se percata de mi presencia y se para rápidamente de su silla para acercarse hacia mi y brindarme un gran abrazo.

-Madrina... que gusto verte...- le devuelvo el gesto un tanto incomoda, desde esa vez en que no trato muy bien a Camz en mi cumpleaños que mi relación con ella se volvió mucho más distante, solo la he visto un par de veces durante todos estos años y fue porque ella estuvo de paso por Londres.

-Lo mismo digo, querida, pero mira que hermosa estas, la adultez te sienta de maravilla- me mira de pies a cabeza.

-Us... usted también se ve muy bien- le digo por mera cortesía, aunque ella siempre ha sido una mujer hermosa y sofisticada, siempre me ha extrañado que nunca se haya casado o formado una familia, bueno, con su actitud ¿Quién querría tenerla como pareja?

-¿Hija, recuerdas a Shawn, mi sobrino?- mi madrina señala al chico que se puso de pie en cuanto llegue, es alto, de piel clara, de cabello castaño y ojos marrones, me sonrie de forma amigable con sus dientes blancos y perfectos, no puedo evitar comparar sus lindos atributos con los de mi novia, si, definitivamente ella es mucho más hermosa y perfecta, me recrimino mentalmente por pensar en ella constantemente, se supone que estás molesta con ella, Lauren... Ten dignidad. Mila me ha llamado unas cuantas veces y me manda mensajes cada vez que puede, y claro que le contesto, me prometí a mí misma nunca más en la vida ignorar sus llamadas o sus mensajes, no cometeré ese error nuevamente, le contesto un poco cortante y con una pisca de molestia, debo de fingir que aún estoy molesta con ella, pero en realidad no es así, desde el mismo instante en el que salí de su departamento dando un portazo hace tres días, me arrepentí de haberle dicho lo último que le dije, quise devolverme y disculparme, decirle que la amo y que por nada del mundo terminaría nuestra relación, pero mi estúpido orgullo me gano una vez más, he estado lamentándome desde que se fue, pero siempre me brota una sonrisa en mi rostro al ver los mensajes de amor que me manda.