Capítulo 25: Indecisión...

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Maratón 2/4

Pov Lucia

¿No tiene otra cosa que hacer que estar mirándome? ¡Augh, es desesperante! Ignórala, Lucia, como lo has estado haciendo desde que llegó. Levanto mi vista de mi celular y nuevamente la miro de soslayo. Si, aún continúa viéndome, a pesar de todo no puedo evitar que mi corazón se acelere con esa simple acción que está realizando Verónica ¡Demonios! Si todo iba perfecto, había decidido solo ver y mantener una relación de simple amistad con ella, si tan solo no me hubiera besado...

Flashback

-Gracias por acompañarme, Lucy- me dirige una de sus encantadoras sonrisas.

-Emm... No es... na... nada- ¡No tartamudees, idiota! Me reprocho mentalmente, solo es una salida entre amigas, solo la acompaño de compras, me repito mentalmente para obligarme y convencerme de que es cierto, con Verónica solo somos amigas.

-Lo digo porque quizás ya tenías planes más interesantes que ayudarme a elegir un vestido- suelta una risita baja.

- Tu eres mucho más interesante que cualquier cosa...- suelto sin querer- digo, esto... venir de compras es mucho más entretenido e interesante...- me corrijo rápidamente, desvío mi vista a cualquier lado para que Vero no se percate de mis mejillas sonrojadas.

-Tienes razón, nada más entretenido que venir de compras - Vero mira con interés los escaparates de las tiendas donde exponen hermosos vestidos y accesorios- ¿Hace cuánto no vienes a este centro comercial?- me pregunta con interés.

-Bueno, para decir verdad, lo que menos hago es venir de compras cuando estoy en Estados Unidos.- me encojo de hombros.

Vero suelta una pequeña carcajada- Y yo que pensé que eras de esas chicas que se la pasan comprando ropa y toda la cosa...- me dirige una sonrisa radiante, me percato que cuando lo hace se le forma dos encantadores hoyuelos en sus mejillas, me encanta.

-Para que veas, aún no conoces completamente a Lucia Vives- bromeo con arrogancia.

- Bueno, eso se puede arreglar... Me encantaría conocer más a fondo y completamente a Lucia Vives- dice con tono pícaro, mis mejillas se sonrojan al instante.

-¡Mira!... Ese vestido es muy lindo...- me señala el escaparate de una tienda, toma mi mano y me arrastra rápidamente hacia la entrada de la tienda ¡Maldición, me suda la mano! siempre me pasa cuando estoy nerviosa y ahora con Vero tomándome de la mano es peor, me sucedió lo mismo cuando la vi por primera vez en la casa de Laur, me sudaron las manos y senti un cosquilleo en el estómago. Es realmente estúpido porque ella solo me dirigió un par de palabras y poso su mano en mi cadera y yo prácticamente babee por ella ¿Para qué negarlo? Si Verónica es una mujer realmente hermosa, es de estatura promedio, piel morena, su cabello castaño sedoso y liso, sus ojos marrones oscuros y sus labios carnosos, los cuales te tientan todo el tiempo con besarlos.

-¿Entonces el negro o el azul rey?- Vero eleva en el aire dos hermosos vestidos para que le de mi opinión, ya hemos visitado varias tiendas del centro comercial, pero al parecer Vero es una chica muy indecisa respecto a la ropa, no ha vuelto a tomar mi mano como en un principio, en el momento que dejó de hacerlo sentí un vacío y un cosquilleo donde mi piel estuvo en contacto con la de ella, puede que solo haya sido un impulso de parte de Vero, ya que en el momento en el que se percató que tenía mi mano sujeta se tensó y a los segundos me soltó.

-¿Por qué no te pruebas los dos primero?- le digo amablemente.

-Tienes razón- Vero me guiña el ojo y se mete a los probadores, suelto un suspiro de cansancio, no es que este aburrida y cansada de tanto ver y comprar ropa, es solo que me resulta un poco difícil estar cerca de Vero, a todas las tiendas que vamos ella llama la atención, ya sea de las dependientas o de las clientas de la tienda, eso que no estoy tomando en cuenta a los hombres que cada vez que pasamos por al lado de alguno se quedan mirando a Verónica de una forma lujuriosa, eso me provoca un sentimiento de malestar en el pecho ¿Será que realmente me gusta Verónica? No, claro que no, simplemente es una mera atracción física, claro, eso es, eso explica las ansias y los deseos que tuve por hablar por teléfono todos los días con ella  cuando yo estaba en Londres.

Todo por ti (Camren G!P)|Editado|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora