Boruto en el Tiempo.

Contacto con la Luna.

-Mami ¿Te encuentras bien? -preguntó Himawari quien llevaba rato tratando de despertar a su madre.

Hinata despertó toda sudorosa había tenido una pesadilla.

- ¿Qué pasa mami? -preguntó preocupada.

-Hima, no lo sé -dijo tocándose la frente-. Solo que soñé... soné...

Hinata trataba de recordar, pero por más aterrador que le parecía no podía creer que en sus sueños vio a su hija ya crecida con una mirada aterradora.

-Un mal sueño nada importante -dijo y sonrió-. Perdona por preocuparte Hima ¿Qué horas es? -sacó de su mesita de noche una toalla para quitarse el sudor de la frente.

-Las ocho de la noche...

- ¿Las ocho? -dijo muy apurada-. Ya es muy tarde y no he preparado la cena, Hima lo siento mucho cariño...

-No hay problema mamá -dijo Himawari y recordó que días atrás su padre el séptimo Hokage le había pedido que cuidara mucho de su madre pues cada día la veía más preocupada -. Podemos ir a cenar fuera, hace mucho que no cenamos fuera.

-Pero Hima -dijo su madre sorprendida de la actitud de su pequeña.

-De seguro es lo que hubiera querido Onisan, que mamá se tomara de vez en cuando un descanso -dijo sonriendo dulcemente.

-Está bien -dijo Hinata accediendo a la petición de su pequeña-. Iré por un bolso y una chamarra para abrigarte ¿Me esperas en la puerta?

Himawari asintió bajando las escaleras corriendo.

-Qué raro -se dijo a si misma-. Sentí tan real ese sueño... papá... -dijo abrazándose a sí misma y se acercó a la ventana observando la brillante luna de esa noche.

- ¡Mami ya estoy lista! -gritó su pequeña Girasol.

- ¡Enseguida voy! -tomó un abrigo pequeño del cuarto de su hija y un bolso de tela-. Bueno Hima ¿A dónde te gustaría ir?

- ¡POR RAMEN! -dijo muy animada la pequeña.

Hinata rio evitando recordar a su esposo y ahora que lo pensaba de seguro seguía en la oficina.

-Sí, vamos por ramen y de paso le llevamos algunas reservas a tu padre ¿Te parece? -sugirió la chica de ojos blancos.

Himawari asintió y tomó la mano de su madre, salieron de la casa y tomaron rumbo al lugar de ramen favorito del séptimo Hokage. Pero para Hinata era inevitable no pensar en su sueño, la noche se sentía muy fría y no le caía bien a la Uzumaki.

-Aquí tiene tres ramen para llevar y cinco envases de nuestra reserva especial -dijo Ayame.

-Muchas gracias -dijo Hinata pagando y tomando las bolsas-. Vamos Hima démonos prisa para que tu padre pueda disfrutar de un ramen caliente.

-Sí mami. -Hima caminó detrás de su madre y ambas se dirigieron a la oficina del Hokage, Shikamaru las recibió, él ya iba de salida y advirtió como siempre que Naruto estaba ahogado en su trabajo.

Hima entró sorpresivamente a la oficina y corrió a los brazos de su padre, Naruto detuvo todo trabajo para ponerse de pie y recibir a su pequeña.

- ¡PAPÁ! -gritó muy entusiasmada.

-Himawari ¡Qué sorpresa! ¿Qué las atrae por aquí-ttebayo? -preguntó muy alegre el rubio.

-Vinimos a cenar contigo... -dijo Hima señalando las bolsas que cargaba Hinata.