Boruto en el Tiempo.

Un Lugar Soleado.

Boruto había despertado, se levantó con mucho cuidando de no despertar a sus padres, fue a ponerse su ropa de misión en el baño. Hinata despertó unos minutos después en brazos de su amado sonrojándose al ver la tierna cara descansando de Naruto después del que el día de ayer sufriera tanto, lo acomodó acostándolo en el colchón muy despacio para no despertarlo, le dio un beso en la mejilla y se retiró del cuarto para que descansara mejor, en el pasillo se encontró a Boruto.

―¿Entrenaremos hoy Hinata―chan? –se sentía emocionado.

―...Boruto―kun... pero ¿Seguro quieres entrenar? ¿No estás adolorido de la pelea de ayer? –preguntó preocupada.

―Para nada –negó con su cabeza y mostró su gran sonrisa.

―Está bien Boruto―kun pero antes... ¿Me acompañarías al cementerio? Quiero visitar la tumba de mi primo.

―Claro que si―ttebasa –Hinata le ofreció su mano a Boruto, él la aceptó y se fueron juntos a visitar a Neji.

―Así que ya duermes en casa de tu novia –sonó una voz masculina haciendo que Naruto se estremeciera por las palabras "dormir en casa de tu novia", se levantó rápidamente viendo de quién se trataba

―Ah Shikamaru eres tú―ttebayo ―se escuchaba su desanimo.

―¿Sólo dirás eso? –Rodó los ojos―. Qué molesto eres y todavía te vengo a ver –dio la media vuelta con la intención de irse.

―No lo siento sólo es que... ―fue interrumpido.

―Lo sé, a mí me pasó igual en la Cuarta Guerra, Asuma―sensei fue revivido –dio vuelta de nuevo para quedar enfrente de Naruto y se sentó con él.

―Esto es difícil―ttebayo... ―se revolvió su rubio cabello.

―Sí, volverlos a ver en esas condiciones no es nada conmovedor –miró al techo―. Tenemos que sacar fuerzas que creemos no tener... devolverles todo lo que hicieron por nosotros ¿no? –Naruto asintió.

―Vamos por algo de desayunar, me encontré a Hinata en el camino y le pedí permiso de raptarte.

Naruto alzó una ceja. – ¿Le pediste permiso?

―Pues si ¿Es tu novia no? –Naruto se sonrojó―. Qué molesto eres, no nos hablas por andar conquistando a Hinata –Naruto se sonrojó aún más agachando la cabeza―. Pero bueno por esta ocasión te lo perdonaré, aunque espero que hagas feliz a Hinata –estaba por salir vapor de las orejas del rubio―. Bueno vámonos ―Naruto se arregló sin alzar su rostro y luego siguió a su azabache amigo.

―Qué raro –comentó Hinata, ella y Boruto estaban por llegar al cementerio.

―¿Qué ocurre Hinata―chan?

―Hay mucha gente reunida.

Hinata se acercó para enterarse de lo que pasaba sus ojos no daban crédito a lo que veían, todos las tumbas estaban en mal estado, lápidas destruías, tumbas profanadas, las flores que había comprado para Neji se cayeron al piso y corrió a la tumba de su primo.

―No puede ser... Neji―niisan –lagrimas rodaron por sus mejillas níveas.

―¿Quién hizo esto―ttebasa? –Boruto miraba todo a su alrededor.

―No lo sé –sollozaba―. No puede ser....

Boruto se quedó consolando a su madre.

―Sí que estás deprimido –Shikamaru observaba que Naruto no había probado su comida.