Sangre y Aullidos.

Capítulo. XXXIV. Una líder.

__ Cristal por favor entiéndelo era necesario.

Sus palabras desatan mi ira, sin tiempo a nada le planto una bofetada, su cara es de asombro.

__ ¿Necesario? –la rabia crece dentro de mí. Todas las cosas por las que pasé ¿Eran necesarias? Es injusto –así que era necesario que alejaras a la única persona que me amaba y no sólo eso sino también que me violaran. Ya veo; hacerme sufrir hasta casi volverme loca era necesario ¡Para que! –Vocifero – ¡Explícame que aún no lo comprendo!

Halk da un paso adelante para abrazarme, pero lo evito. Un abrazo no remediara las cosas terribles por las que pase.

__ No me toques.

__ No me trates así pequeña. –sus ojos se vuelven cristalinos.

No puedo perdonar tales acciones. Viví un infierno sólo por sus caprichos. Sin verle salgo de ese lugar que me asfixia. Sabrina siempre lo supo y no hizo nada para evitarlo. Nadie quiso ayudarme, todos giraron la mirada a un lado sólo porque ellos creyeron que era necesario.

Si lo que quieren es a una mujer rota y desalmada se las daré. Voy en dirección a la arena y allí están todos. Verlos allí como si nada, me enoja, me carcome por dentro. Me alejaron de Lucas, hicieron que me odiara…. Ahora es mi turno de hacer las cosas a mi manera.

Jack está dando un discurso moral de cómo debemos ser leales a nuestra clan y sin poder controlar mi rabia me voy en su contra dejando salir mi verdadera forma. Mis colmillos amenazan con destrozarle, mientras todos se quedan en un entero silencio.

__ ¡Tú, bastardo! –Grito – ¡Todo esto es idea tuya! ¡Destruiste mi vida!

Lucas

__ Veo que aún no eres de confianza –dice mi padre llegando a mi lado –pero debo admitir que fue muy divertido lo que pasó. Al fin me alegra saber que esa mocosa no es de tu interés –coloca su mano en mi hombro –pero se ha vuelto el mío. Debo reconocer que es más encantadora que su madre y mucho más hermosa. Esa actitud de rebeldía me ha dejado fascinado.

Mi cuerpo se queda inmóvil al oír sus aterradoras palabras ¿Él interesado en mi Cristal? Un nudo se hace en mi garganta. Se supone que si me unía a él dejaría en paz a Cristal, pero al parecer sus intenciones son otras. Sin demostrar mi interés en ella camino hasta la ventana.

__ Recuerda quien es su padre –él se gira y me sonríe –esa mocosa es su más preciado tesoro.

__Lo sé, pero tú hijo mío sigues vivo después de hacerla tu mujer. Es más según nuestras tradiciones ella es tu esposa. Han creado un vínculo que no se rompe así de fácil. Me alegra que la dejaras.

__ Con más razón no debes ponerle un dedo encima. Aunque no la ame sigue siendo mía. Así que respeta eso padre.

Salgo de su oficina sin decir nada más, el aire en ese lugar ya no era soportable. Es cierto que es mi mujer ya que la hice mía esa vez sin mencionar que compartimos una marca que demuestra en su linaje que yo soy su compañero, pero aun así no somos más que dos desconocidos tratando de crear un odio entre los dos o al menos yo lo hago. Si eso significa que puedo salvar su vida no lo dudaré.

Verla hoy me produjo una sensación de tranquilidad y horror al mismo tiempo. A verle dicho ese montón de palabras hirientes y verla hacer esas expresiones de dolor. Decirle ramera fue algo extremo de mi parte, es que sólo así haré que ella se aleje de mí y mi familia. Si sigue con ese plan absurdo de darle pelea a mi padre lo único que traerá será su muerte eminente.

Al llegar a casa veo a Sara sentada en el porche leyendo un viejo libro. Al sentirme despega la vista del libro y me dedica una mirada molesta. Aun no puede superar que la haya confundido con Cristal.