9. Bolsa de canguro.

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Dos meses más y he dejado de ser plana.

Ahora tengo cuatro meses y mi vientre dejó de ser plano para verse con un murito muy notable. Mis jeans normales no me entran, así que he tenido que empezar a utilizar de esos que vienen con una bolsa para la comodidad del vientre que parece una bolsa de canguro. Genial, ¿no?

—¡Muy bien! —exclamo antes de salir de la habitación. Baxter y Honey están esperándome en la a sala.

Abro la puerta y salgo con las manos al aire, ellos se ven encantados.

—¡Oh, basta! —exclamo—. Me veo como un canguro.

—Un canguro muy bonito —me aclara Baxter sonriendo.

Honey asiente encantada.

—Oh, vas a disfrutar esto.

Honey ha estado presente todos estos meses entre nosotros, es una buena amiga. Kerrick viene de visita seguido porque vive cerca, también nos cae bien a pesar de sus insinuaciones de que Baxter y yo tenemos algo.

—Channing estará feliz de tener alguien con quién jugar —dice Honey sonriéndole al rubio de rizos.

Channing estaba en el piso jugando con un cucharón que Baxter le dió, de vez en cuando nos regala una sonrisa.

—Esto es cómodo —digo posando mi mano en mi vientre.

La sorpresa fue cuando mi padre me sonríe en la puerta de su auto, está sin chofer y no sé qué viene a hacer.

—Sage Rowe —sonrío caminando hacia él—. ¿Qué te trae por aquí?

—Vamos a la ciudad, tenemos que ir a la consulta con el médico —dice.

Dejo que Baxter nos acompañe, Kal está en el auto esperando por nosotros y me saluda con entusiasmo, con mucho entusiasmo. Pero sé que es por lo de su extraño y nada coherente sueño.

El camino a la ciudad es algo largo, iré después de tres meses, así que se siente extraño. Papá va conversando con Kal y Baxter. Veo las luces de la ciudad en la que crecí, lo que dejé atrás me atrapa de golpe. Hace unos meses yo estaba de compras junto a Willa... y ahora vivo en la granja con Baxter.

—Si quieres podemos dar un paseo después de salir de la consulta —me dice papá.

Lo miro sonriente.

—Eso estaría bien —respondo—. Pero si un lente me capta, la loca se va a poner histérica.

—No te preocupes por la loca —sonríe guiñándome un ojo.

Baxter dice que fueron muy pocas las veces que visitó la ciudad, pero papá nos descubre un secreto del que no éramos conscientes; Baxter vivió en nuestra casa sus primeros años, porque mi nana cuidaba de Kaleb ya que a la loca le había dado depresión post-parto porque no era su estilo de vida. Fíjate, de lo que uno se entera.

—La loca está de viaje con Anika y la santa Felicity —cuenta Kaleb.

—Podremos ir a la casa —papá me mira a través del espejo—. Quizás quieras ir.

—Uhm, sí —respondo.

No sé cómo voy a reaccionar, era mi antiguo hogar hasta que la loca dijo que yo iba a despedazar la reputación honorable de la familia Rowe. Una joven embarazada hubiera llegado con consecuencias de haberme quedado allí... lo comprendo, lo hago realmente

La doctora nos recibe y sé que es obra de mi padre que no haya nadie en el consultorio. Ella es atenta conmigo y con mi padre, es una mujer algo más joven que él, pero no por mucho.

—Buenas tardes, señor Rowe —saluda ella.

Pasamos él y yo primero, pero cuando Baxter y Kaleb lo intentan ella los detiene.

—No puede haber muchas personas en el área —dice ella.

Eso parece alterarlos, pero Baxter se controla. Pero Kaleb...

—¿Usted cómo pretende decirme que tengo que perderme la primera jodida ecografía de mi sobrino? —Kaleb frunce su ceño y mi padre le hace una seña a la doctora para que los deje pasar.

En todo caso, iban hacerlo a la fuerza.

Me hacen un montón de preguntas, sobre el embarazo y el tiempo que llevo en estado. Luego en la camilla me recuesto, bajo la bolsa de canguro y alzo la blusa. Baxter y Kaleb están casi encima de la pantalla.

—Muchachos, salgan de ahí —les dice mi padre disculpándose con la doctora... que parece simpatizarle.

Ella se acerca sonriendo y empieza a poner ese gel frío en mi vientre, con una máquina rara empieza a esparcirlo por todo el bulto. Miro la pantalla y veo una mancha.

—Mira a quién tenemos aquí —ella sonríe—. Está bien, está fuerte.

Mi corazón late con fuerza, Kaleb no se guarda las lágrimas y Baxter me sonríe tomando mi mano. Ay, ¿qué pasa? No entiendo por qué se siente bien ese gesto.

Mira, Cole, de lo que te perdiste.

Mi padre está parado sin despegar sus ojos de la pantalla, está sonriendo y sé que está conmigo. Él cree en mí.

—Debo preguntar si ya quieres saber el sexo, algunos quieren dejarlo como una sorpresa —ella me mira.

—¡Sí! —exclamos todos al unísono, eso hace reír a la doctora que ahora veo en una pequeña placa: Pearl.

Ella mueve esa pequeña máquina una vez más sobre mi vientre antes de decir lo que hace que mi corazón se quiera salir:

—Es una niña.

Kaleb vuelve a sollozar con emoción y Baxter aprieta mi mano con felicidad, no lo culpo, ha estado conmigo estos meses que merece estar en cada paso de este proceso. Mi padre besa mi frente mientras cierra sus ojos.

¡Tendré una niña!

Limpio mi vientre y nos levantamos, la doctora nos recomienda vitaminas y un montón de hierro, cosas que podrían servir para el bebé y demás.

—Oh, basta —termina de llorar Kaleb.

Salimos del consultorio y me siento espléndida. Kaleb y Baxter empiezan nuevamente con los nombres en el viaje a mi antiguo hogar.

La casa sigue igual que antes, la fuente con las monedas de Felicity, pero a mí no me parece que ella siga siendo la misma chica soñadora. Todo está igual; la sala, el estudio, mi cuarto, la cocina. Todo está igual que cuando me fui.

—No sabes cuanto deseo divorciarme de tu madre —me dice papá.

Miramos fijamente el patio en el que yo corría todas las mañanas, un nudo se queda en mi garganta.

—Hazlo.

—Será un proceso largo, pero cuando venga tu abuela será más fácil.

La abuela Rowe, si bien dice que soy la oveja negra, me ama. Nos ama, pero odia a la loca. Así que sería más fácil.

—¿Ella ya lo sabe? —pregunto y mi manos derecha está en mi vientre.

—Sí, volvió a decir que eres la oveja negra —nos reímos—. Pero está feliz.

Y luego vuelvo a despedirme de esta casa para volver a la granja.

¡Ayúdame, Baxter!Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin