Manifiesto: capitulo veintiséis.

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Perder a Jazzlyn no me hubiera dolido, me hubiera matado.

—¿Estas bien, hermano?

—Si, solo un mal sueño. —Estiré mi mano y acaricié el cabello de Jazzlyn. Podía ver enrojecido el contorno de sus ojos, solo uno de los tantos signos de lo mucho que había llorado—. No quiero pensar en como estará cuando despierte.

—Tampoco yo. —Jaden palmeó mi hombro y señaló la mano que Jazzlyn sostenía—. Cuida que no se despierte y vamos a la sala, todos están esperando explicaciones.

Salí de la cama sin soltar su mano porque no quería hacerlo antes de tiempo así que, cuando supe que no tenía más opción, me incliné sobre su pequeño cuerpo acurrucado en posición fetal y solté mi mano de su agarre con mucho cuidado de no despertarla. Pude ver como aún profundamente dormida estiraba una mano en dirección a mi almohada y la jalaba hasta tenerla entre sus brazos. 

Quería ser esa almohada, maldita sea. Necesitaba ser esa almohada.

—Estará bien, Bastian. Vamos. 

No teniendo más opción salí detrás de él recorriendo los pasillos que había llegado a conocer mientras nos quedábamos en aquella casa. No puse protestas en pasar la noche con la familia Stevenson, Jazzlyn necesitaba la mayor contención de su familia y yo necesitaba estar seguro de que por voltearme un segundo nada malo le ocurriría. Tal vez no pudieran protegerla de oscuros, pero no por eso dejarían de intentarlo si amenazaban con alcanzarla.

Incluso yo necesitaba estar cerca de esa familia si quería mantener mi mente ocupada.

—¿Cómo está Rosalinda?

Jaden tenía sus momentos tolerando mi presencia y no lo juzgaba, todo se debía a su instinto de hermano mayor. Sin embargo, en aquel momento no fue contra mi como algunas veces antes había hecho, sino que soltó un suspiro y miró en mi dirección sin titubeos.

Jazzlyn y él tenían el mismo color de ojos, aunque creía firmemente que los de mi mujer tenían vida propia. No necesitaban su autorización para reflejar su alma entera en un segundo.

—"Mal" no define en el estado que se encuentra —respondió—. Se estaba encariñando demasiado con Sophia ¿sabes? Los papeles de adopción ya estaban listos, con papá nos encargamos de apresurar el papeleo y pensábamos entregárselos hoy.

—Siento escuchar eso —respondí en voz baja.

—Lo sé, soy consciente de que querías lo mejor para ella. —Cuando doblamos en el primer pasillo al bajar las escaleras Jaden se detuvo de una manera muy abrupta. Tuve que volver sobre mis pasos para estar frente a él—. Sé que muchas veces no me comporté de manera decente contigo, y quiero disculparme por eso.

—No hay nada por lo que tengas que disculparte.

—Estabas con mi hermana cuando yo era lo suficientemente idiota como para estarme echando polvos por ahí,  te mereces una disculpa por sostenerla cuando yo no pude. —Retomó su andar y aún sorprendido caminé a su lado, esperando tal vez que aquel tema quedara olvidado—. Eres un hombre que merece mi respeto, incluso cuando sigo reacio a que te cases con mi hermana.

Sonreí levemente.

—Tú hermana no solo es mi pareja, Jaden, es mi mejor amiga. Cuando creía que no tenía nada en el mundo ella llegó para demostrarme que puedo tener el mundo entero si así lo quiero, así que agradecerme por estar a su lado es la cosa más estúpida que puedes hacer. —Palmee su hombro mientras cruzábamos el umbral de entrada a la sala—. Eres un buen hermano, no te culpes por no estar en ese momento porque estas ahora y ella valora eso.

OcultoWhere stories live. Discover now