Capitulo cuarenta y seis:

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Narrado por Jazzlyn:


Levante mi vista de un libro que no estaba leyendo y volví a cambiar la posición en la que estaba. Mi cuello dolía y el sofá no parecía ayudar, aún menos lo hacía el saber que llevaba todo el día sin dormir.

Tampoco era como si dormir fuera a aliviar algo, sabía perfectamente que la culpabilidad me perseguiría hasta allí y haría de mi lo que quisiera.

Mis ojos cayeron en la cama frente a mi y vi a Bastian acostado allí, con su vista fija en el techo y una pequeña acostada sobre su costado, como si fuera su lugar seguro. En ningún momento sentí la necesidad de culparla porque al final, la comprendía. Él tenía aquel don de hacerte sentir segura, en casa y era justo lo que ella necesitaba en aquel momento.

-Ha dormido toda la tarde -susurró Bastian antes de dirigir sus ojos a mi, me sentí algo intimidada estando con el otra vez en aquella habitación practicamente solos-. ¿Estas bien?

Me preguntaba si siquiera aquello le importaba pero lo había visto tan vunerable, tan incomodo por sentir un dolor que no era el suyo que no podía dudar que había una parte de Bastian mucho más humana que la que él deseaba tener.

Lo admitiera o no, el hombre frente a mi pensaba más en el bien ajeno que en el suyo propio.

-¿Por que no lo estaría? -pregunté mientras cerraba el libro y lo dejaba en el mueble más cercano. Tenía que hacer cualquier cosa menos concentrarme en él pero no era como si me pusiera aquello demasiado fácil.

El condenado estaba acostado otra vez en mi cama y aquello hacía que mis pensamientos parecieran cables cruzados. Estaba el hombre que había sentido demasiado por el dolor de una niña, y ese hombre no había podido ocultar sus emociones pero también estaba aquel hombre.

Aquel hombre que me había dejado llorando en esa misma habitación y se había ido sin mirar atrás.

El tenía tantas facetas que me confundía.

-Tú no tienes la culpa de todo esto, Jazz -dijo mientras, con un cuidado que resultaba inusual en él, apartaba a Sophia-. Esto comenzó incluso antes de que alguno de nosotros existiera y tu solo eres una persona más que le toco estar en medio de esa guerra que parece jamás acabar.

No era tan solo una guerra que parecía no acabar jamás, era realmente una que perseguiría a la humanidad por toda la eternidad.

-No todos piensan igual, me hacen sentir tan responsable -respondí, no pude evitar dejar escapar un suspiro mientras me disponía a atar mi cabello-. Ninguno de ellos esta en mi piel y creo que por eso no lo comprenden. Me hacen sentir bajo presión, como si un mínimo paso en falso causara la próxima rebelión.

-Algo que es bastante probable. -Lo miré seria y aquello fue suficiente para que el sonriera. Sentí que me desarmaba en ese mismo momento-. No digo que tu seas culpable pero si te han puesto en tal posición es porque todos saben lo capaz que eres de lograrlo.

-No ayudas.

-No quiero ayudarte, quiero hacerte ver la realidad -objeto-. Las personas jamás preguntan motivos o explicaciones de porque actuas de cierta manera porque lo único que quieren es tener un culpable. Ellos jamás entenderán todo lo que estas dejando por ellos porque lo único que ven es que eres la persona que puedes cambiarlo todo, la responsable de alguna manera retorcida. Mi punto es, debes decidir sin pensar en opiniones ajenas porque pocos saben lo que es estar en tu posición.

-Su vida peligra por mi culpa. -Lo miré a los ojos e hice una mueca-. ¿Como no sentirme culpable o responsable? Si vienen aquí será por mi y no les importará matarlos. Ni siquiera sé porque me buscan, no es como si yo supiera las palabras mágicas para equilibrar la balanza.

OcultoWhere stories live. Discover now