Capitulo cuarenta y cuatro:

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Narrado por Jazzlyn:

Me había pasado toda la noche despierta intentando traducir de forma correcta el mensaje de aquella nota porque lo cierto es que el traductor de internet era muy poco preciso en la mayoria de las traducciones.

La única conclusión que había sacado era que la nota había llegado a mi habitación como un alto y claro mensaje que decía "no más escapatoria" o "salida", aún esa parte no me quedaba demasiado clara.

Lo único que sabía era que ya me habían encontrado y no tan solo eso, sino que también habían encontrado la mayor fortaleza de Dreamers en el mundo y si me iba no irían por mi, me harían ir por ellos.

Cualquier persona sabía que no dejaría a nadie atrás, aún menos a un inocente. ¿Aquello me hacía ser la elegida? Era buena, pero no una santa. ¿Por que enviar una chica tan complicada al mundo y marcarla como el elemento que inclina la balanza hacía el lado conveniente?

Subí el cierre de mis botas mientras me miraba en el espejo e intentaba encontrar un atisbo de anormalidad en mi. Me veía normal, como una chica que no había descansado de manera adecuada en semanas, una chica que tenía una preocupación demasiado aparente en su rostro y que, por cierto, tenía unas ojeras que parecían resaltar sus ojos jodidamente claros.

Todo parecía normal, parecía otra chica más. Todos vamos por la vida con alguna preocupación palpable, tal vez no para cualquier persona, pero si para quien sepa mirar más allá de una sonrisa bonita.

Solté un suspiro mientras pasaba mis dedos por mi cabello intentando que no se enredara cuando mis ojos aún a través del espejo cayeron de forma inconsciente en la cama que había detrás de mi.

¿Como un solo sitio podía tener tantos recuerdos? Lo único que sabía con seguridad es que cuando todo terminara no volvería a poner un pie en Grecia, ni siquiera para ir de visita, no.

Aparte la mirada mientras tomaba la nota y la guardaba en mi bolsillo. No iría por el mundo como si no hubiera visto eso, no seria la chica que se comportaba como una doncella en aprietos y dejaba que todos decidieran sin siquiera informar o pedir opinión. Era mi vida, eran circunstancias de las cual yo me haría cargo y no pretendía dejar que ellos tan solo me mantuvieran al margen.

Salí de la habitación cuando parecían ser las cinco y media de la mañana y baje un par de escalones hasta que, de la escalera que también se unía a aquella, apareció Achilles con una sonrisa timida.

No lo había visto últimamente pero Alexander me había dicho que prefería mantenerlo al margen porque Achilles sentía un gran nivel de protección hacía cualquier persona y ver que mis entrenamientos me causaban dolor hubiera complicado la situación. También me había enterado que lo habían deribado al ala contraria a donde yo estaba, allí tenían a las adolescentes, las siguientes Dreamers de las cuales dependía gran parte de nuestro futuro.

—Hey.

—Hey —respondí con una sonrisa—. Ya comenzaba a preguntarme si la tierra te había tragado.

Mantuvo su sonrisa mientras negaba con la cabeza y continuaba caminando hacía mi.

—La tierra no, pero si unas adolescentes algo...hormonales. —Me reí levemente y no necesite preguntar a que se refería, no me asombraba que alguna chica tuviera un enamoramiento platónico con Achilles.

Era un griego jodidamente atractivo, no era necesario tener los dos ojos abiertos para notarlo, con uno solo ya era suficiente.

—Debe ser complicado ser adolescente y estar aquí, ya sabes, después de todo hay pocos chicos que ver.

OcultoWhere stories live. Discover now