Capitulo dieciocho:

15.2K 1.2K 129
                                    

Narrado por Jazzlyn:

—¿Podrías calmarte un segundo? —Tire de mi cabello mientras caminaba dentro de la tienda destruida evitando por completo que mis ojos cayeran sobre el cuerpo de Lauren o rompería a llorar sin dudas.

No entendía como Bastian era capaz de estar arrodillado a su lado para revisar su cuerpo sin que sus emociones se descontrolen por la escena y a eso debía sumarle que mis emociones debían de estarlo enloqueciendo.

—Tus emociones me están comiendo vivo —respondió sin separar sus ojos del rostro de Lauren mientras la revisaba—. Pero no es algo malo.

—¿El que mis emociones te traguen no es algo malo? 

Mi camiseta comenzó a tirar de mi cuerpo e iba a comenzar a poner resistencia cuando recordé que las camisetas no tiraban de ti por voluntad propia pero Bastian si podía cambiar esto. Termine cediendo y por esa misma razón termine parada frente a él justo cuando se levantaba del suelo y quedaba aún más alto que yo.

—Es bueno que sigas teniendo tantas emociones arrolladoras porque te hacen aún más humana. —Estiro su mano e hizo que levantara mi mentón para que nuestras miradas chocaran—. El que me comas con tus emociones también es bueno porque por algo se comienza.

Mirar a Bastian era resignarte a olvidar todo aquello que te rodeaba. El te envolvía, te cautivaba y te mantenía allí sin permitir que tu mente procesara cualquier otra cosa pero en esos momentos necesitaba concentrarme en otra cosa, necesitaba recordar la profecía y comenzar a unir puntos o jamás saldríamos de aquel estúpido sitio.

Aunque me costo muchísimo tuve que sonreír y apartar todos los pensamientos no aptos para menores que tenía cuando Bastian coqueteaba conmigo.

—¿Realmente me estas coqueteando cuando tenemos a una mujer muerta a menos de un metro? —Vi como hacía una mueca provocando que sus ojos quedaran más pequeños de lo que parecían ser.

—Desde que te conocí hemos tenido pocos momentos en los cuales no haya riesgo de que te mueras o alguien más lo haga.

El tenía razón, cuando no intentaban matarme era yo quien parecía querer que lo hicieran.

—O chocas con las cosas —dijo—. O entras a lugares que no deberías.

—Ya deja, no ayudas. —Me aparte de el un paso antes de arrodillarme y acariciar el rostro sereno de Lauren—. No es justo.

—Últimamente nada lo es, no para nosotros. —No voltee a verlo pero no necesite hacerlo para saber que estaba caminando por la tienda en busca de cosas que nos ayudaran—. ¿Sabes que le ocurrió? Aún no has pensado en eso por lo cual no me he enterado.

—¿No puedes buscar en mis pensamientos? —pregunté.

—Ya te lo dije, Jazz. —Suspiro frustrado—. No puedo husmear en tu mente, solo puedo leer lo que piensas en el presente, no lo que pensaste hace minutos.

—Hey, eso es genial. —Al menos lo era para mi—. Cuando los guardianes decidieron que alguien estaría encargado de mostrarme la profería ella misma se ofreció de voluntaria. Había perdido a su propósito hace mucho tiempo, no tenía por quien más seguir aquí.

—Hasta que llegaste tú —afirmó.

—Hasta que llegue yo.

—¿Por qué morir después de dar el mensaje?

—¿Por qué crees que hizo esto? —Me coloque de pie y señale a mi alrededor—. Lauren jamás estuvo loca como todos creían pero era la única fachada que podía mantener para que nadie se le acercara demasiado. Cualquier Dreamer u otro al leer sus pensamientos creería que estaba loca, ella sabía como ocultar hasta sus emociones verdaderas.

OcultoWhere stories live. Discover now