Manifiesto: Capítulo diez

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Narrado por Jazzlyn:

Me fue imposible quitar mis ojos de Bastian en cuanto Corban había soltado aquella bomba por teléfono. Lo vi tensarse, sus facciones habían cambiado tan repentinamente que me pregunté cómo iba a reaccionar. Estaba entre una sorpresa y un desconcierto que lograba inquietarme, incluso atemorizarme por considerar que tal vez aquella visión había dado inicio a una revolución mucho más grande de lo que creíamos.

Disimuladamente finalicé la llamada y guardé el móvil en mi bolsillo. Nosotros ya habíamos escuchado suficiente.

-¿Bastian? -Salió de sus pensamientos y dejó caer sus ojos oscuros sobre mi-. Escucha, se que esto nos mete en un problema que no creíamos afrontar tan pronto pero entiendo...

Bastian me interrumpió y miro a Agramon antes de devolver la mirada a mi, parecía incluso que quería asegurarse de que tenía nuestra atención. Me sorprendió la forma en la cual de un momento a otro pareció recuperar su compostura, y volverse mucho más determinado de lo que yo podría creer.

-Debo irme, los veré más tarde.

Bastian volteo sin decir más y comenzó a bajar las escaleras que habíamos comenzado a subir con anterioridad. Me quedé de piedra con su reacción, no daba crédito a que sólo volteara y se fuera cuando me había demostrado que la noticia lo perturbaba tanto como a mi. En mi estado de desconcierto dirigí mis ojos a Agramon y logré compartir una mirada que me confirmó que no era la única desencajada con esa acción de su parte.

-¿Qué diablos? -Reaccioné y salí detrás de él bajando lo más rápido posible los escalones que nos separaban-. ¡Bastian, espera!

No se detuvo, pero redujo su marcha.

-Nena, ya lo he dicho, debo irme. -Logré alcanzarlo en cuanto ignoré la forma en la que mis zapatillas resbalaban en las escaleras de mármol-. Volveré por la noche.

-No evadas el tema, Abaddon. -Él sabía que usaba ese nombre sólo cuando hablaba completamente en serio y por eso se detuvo al finalizar la escalera-. ¿Le dirás a Abdel?

Me inquietaba pensar en que podía sentir si él me decia que si y sabía que quisiera evitarlo o no, me sentiría totalmente traicionada. Sabía que era algo importante que él no hubiera subido corriendo para quitarle la información a Araxiel, pero también era importante que no fuera a informarle a Abdel que no solo teníamos a su vidente preferido, sino que también había soltado la lengua más de la cuenta.

No sabía que medidas podía tomar aquel oscuro contra nosotros o incluso contra el propio Abaddon.

Bastian arqueó una de sus cejas pobladas antes de ladear la cabeza, como si no entendiera de que le hablaba.

-¿Qué debería decirle a Abdel? Sinceramente no sé de qué me hablas.

-Lo que viste y escuchaste, Abaddon.

Coloque mis brazos abrazando mi cintura mientras sonreía levemente, no era tonta, yo sabía lo que él me estaba insinuando.

Supe que él había tomado una decisión en cuanto chasqueo su lengua y ladeó la cabeza, aparentemente apenado.

-Supongo que Abdel no tiene porque saber que salí para buscar un sacrificio y terminé tomando un par de tragos en el bar de la ciudad -respondió y después de eso me guiñó un ojo-. Hubiera sido más productivo si me hubieras acompañado.

Me había elegido sobre el camino que había tomado y por eso no pude evitar sonreír mientras lo abrazaba por la cintura.

-Gracias por esto, no tengo como agradecerte que me hayas escogido.

OcultoWhere stories live. Discover now