Oculto

Incierto: capitulo diecisiete

Narrado por Jazzlyn :

Levanté la mirada incluso cuando sabía que Agramon no aparecería frente a mi. Sin embargo, el lago se extendía ante mis ojos de una forma tan tranquila y placentera que por un momento sentí que el mundo exterior estaba a salvo, en paz. Lamentablemente era imposible, la paz a nivel mundial o total no era algo alcanzable, sino algo completamente utópico.

No había momento donde no pensara en mi futuro y en las posibilidades que tenía en el mismo. Siquiera me preguntaba si al final de aquella situación siguiera un futuro esperándome, o si este terminaría en cuanto todo pareciera llegar a su fin.

—¿No estas bromeando conmigo? Por favor, Agramon. —Cerré mis ojos como si escuchar lo que él tuviera que decir fuera más fácil de aquella forma—. Dime que no me estas mintiendo.

Podía sentir mis manos temblar levemente ante la anticipación y los leves espasmos recorriendo mi cuerpo. Tenía muchas emociones corriendo y mezclándose, haciendo un completo caos en mi interior. Había pasado semanas con el miedo de lo que el mundo tuviera preparado para Bastian porque sentía que no importaba que, la situación siempre estaría fuera de mis manos y puede que también de las de él. Había un sinfín de personas queriendo lastimarlo, incluso quitarlo del juego y yo no podía advertirle, ni siquiera ayudarlo.

Una de las peores sensaciones siempre será saber que le pueden hacer daño a quien amas, y que tú no podrás evitarlo.

—No lo hago, después de meses tendrás a tu príncipe oscuro contigo otra vez.

No lo veía pero sabía que Agramon hablaba con una sonrisa en su rostro. Hablábamos de su primo, aquel hombre al cual no veíamos hace meses. Él hombre que era una pieza esencial en nuestras vidas. Él hombre que lo había cambiado todo, tan solo por intentar ser mejor.

No tenia duda de que lo había extrañado cada día, cada hora, cada segundo. La presencia de Bastian en mi vida se había vuelto tan constante y uniforme que el no tenerlo parecía algo fuera de lugar.

—¿Cómo lo averiguaste? ¿Cuándo iremos por él? —Las preguntas salían una detrás de otra, y no planeaba detenerlas—. Agramon, tenemos que ir por él. Por favor, debemos ir por él.

Sentí una mano en mi hombro y voltee mi rostro en dirección a papá. Me indico que respirara mientras sus ojos marrones estaban sobre los míos sin titubear en ningún momento. Era comprensivo, pero aquella no dejaba de ser una orden silenciosa que me exigía mantener el control, no perder mi compostura.

Lo único que podía pensar era que mi compostura podía irse a la mierda.

—Jazz, respira ¿vale? —Asentí, aunque él no me veía—. Realmente admiro el interés y la decisión que tienes pero no es tan fácil. Estoy en camino, así que en menos de una hora planearemos juntos que hacer. ¿Estas bien con eso, muñeca?

Una parte de mi quería abrazarlo y la otra parte solo exigía gritarle que apretara el puto acelerador. No era estúpida, y tampoco ciega. Era capaz de ver los cambios de Agramon a través del tiempo. Él seguía siendo el mismo hombre, pero su personalidad y sus valores como persona eran cada vez más fuertes y notorios.

Era complicado mirar a Agramon y recordar que era el mismo hombre que prácticamente un año atrás me había apuntado con un arma mientras me hablaba como si fuera la peor mierda de todas.