Manifiesto: capitulo veintidós.

6.8K 509 81
                                    

Narrado por Jazzlyn:

Soltar a Bastian después de lo que había sucedido no era una opción e irnos otra vez a la casa de mis padres tampoco lo era. Aún no le había contado todo lo que había pasado en el poco tiempo que habíamos estado distanciados y estaba temerosa de su reacción.

Sin embargo, él no iba a correr. Había decidido tal vez lo más difícil de su vida y se había mantenido a mi lado por lo cual sabía que siempre estaría agradecida con él.

Cuando había dicho que no iba a poder verlo partir otra vez no había ninguna duda. No todo se trataba de la desconfianza que podía dejar en mi verlo huir nuevamente, sino del daño que se hacía a si mismo guardando todo como si fuera una caja mágica con espacio infinito. Se negaba a hablar de lo que sucedía en su mente y en su corazón, lo cual me provocaba miedo de solo pensar que podría suceder el día que saliera corriendo y todo decidiera estallar.

Era su pareja y podía decir sin dudar que lo había visto en varios momentos de mierda como para demostrar que no me iba a ir. Necesitaba saber que me veía como su compañera. Necesitaba saber que si estaba mal iba a recurrir a mi.

Había conseguido que se sentara en la arena y abandonara las ganas de tomar el coche para dar una vuelta. No quería siquiera pensar en que podía pasar si Bastian se colocaba detrás del volante, y no me arriesgaría a que algo le sucediera.

—Si me vas a mantener sentado aquí al menos ven conmigo, no quiero estar solo. —Estiró su mano en mi dirección y no dudé en alcanzarla. Me jaló lo suficiente como para que me sentara a horcajadas sobre él y cuando lo hice sus brazos se aferraron a mi cintura—. No sabes cuanto detesto no poder controlar mi temperamento. Es humillante que me veas así.

Había logrado controlarse lo suficiente como para dejar de llorar pero aún estaba pálido y sus ojos habían quedado sensibles al punto de estar enrojecidos. No me gustaba ver todos los signos de angustia que había en su rostro pero tampoco quería verlo totalmente íntegro. Necesitaba aprender a liberar lo que sentía, y mantener sus emociones enfrascadas no era sano.

—¿Humillante? Para mi no lo es. Humillante hubiera sido que no me escucharas y te fueras —respondí—. Hacer frente a lo que uno siente es cualquier cosa, menos humillante.

Levanté mis manos y con la punta de mis dedos recorrí todo el contorno de su rostro. Vi como una débil sonrisa crecía en sus labios pero no era nada comparada a la forma habitual en la que parecía encandilar mi vida, ni siquiera llegaba a ser una sombra de esa sonrisa.

—Tengo miedo, Jazzlyn.

—No pasará nada malo, por alguna razón siento que puedo asegurarlo.

—No, no me refiero a eso. —Quitó uno de sus brazos de mi cintura para levantar la mano y tomar la mía—. Tengo miedo de que un día mi temperamento se salga de control y resultes herida por eso. Algunas veces no se trata de que corro para ignorar lo que pasa, sino para evitar hacer daño a alguien.

—No me harías daño.

—Cuando pierdo la compostura no soy consciente de lo que sucede a mi alrededor. De pequeño tenía problemas para controlarme y me encerraban dentro de una mazmorra con una bolsa de boxeo. No me dejaban salir hasta que el cansancio podía conmigo, y si eso no sucedía, entraban para darme la paliza de mi vida. —Ladeó la cabeza y cerró sus ojos con fuerza. Pude ver como respiraba profundo antes de continuar, como si los recuerdos fueran demasiado para soportar—. Me acostumbré a eso, es como si mi cuerpo necesitara liberar la tensión. Me cuesta imaginar que tú dejes un tema sin hablar y me preocupa lo que pueda pasar si no...

—¿Es eso lo que necesitas? —interrumpí—. ¿Golpear, gritar y romper?

Abrió sus ojos y asintió con lentitud, como si estuviera dándome el tiempo suficiente para asimilarlo.

OcultoWhere stories live. Discover now