Manifiesto: Capitulo once.

8.5K 501 42
                                    

Narrado por Jazzlyn:

Nunca había siquiera considerado la idea de estar parada dentro de una joyería, eligiendo anillos que reforzaran la relación entre dos personas que quería tanto como era el caso de Aria y Agramon. No había ningún juego de anillos que me hicieran sentir alguna relación con ellos, nada demasiado simbólico, nada que pudiera ser perfecto para unas personas tan opuestas.

No comprendía como el mundo de una manera bastante retorcida, nos demostraba a diario la ironía de necesitar lo opuesto para vivir a pleno. Jamás me había detenido a pensarlo realmente, pero ¿qué era yo sin Bastian? ¿Qué era yo sin el hombre que me complementaba? No era nada, o mejor dicho, no se sentía como algo más que nada.

Yo sabía que podía sobrevivir sin alguien a mi lado, no era algo remotamente imposible. Al final, era una chica de veinte años con una vida entera por vivir, un millón de aventuras por descubrir y sin duda, con capacidades de sobra para hacerlo. Sin embargo, no era vivir sin él. Había una gran diferencia entre poder y querer, y una muy grande.

Tal vez para otras personas valía más el poder, pero para mi siempre sería más valorado el querer. ¿Podía vivir sin Bastian? Incluso cuando podría significar una agonía constante, si. ¿Quería hacerlo? No, prefería su caos y su oscuridad, antes de un mundo tan iluminado donde solo estuviera la sombra de su recuerdo para abrazarme junto a la soledad.

Prefería su desastre, su locura y toda la mierda que decidiera sacar antes de considerar una vida sin él.

Tal vez Bastian no fuera el amor de mi vida, pero dejaría pasar cualquier candidato solo por tenerlo.

—¿Encontraste alguno que sea de ayuda? —Por unos segundos debí esforzarme para recordar donde estaba o que hacía, pero Agramon me había recordado el porqué de nosotros estando en una joyería—. ¿Cómo diablos se supone que deben ser los anillos de compromiso?

—No creo que unas personas como ustedes deban pensar en estereotipos. —Estiré mi mano y sostuve una caja de terciopelo negro que no me molesté en abrir—. No son una pareja normal, no deberías buscar algo normal.

—¿Entonces?

La joyería tenía una luz tenue que no ayudaba a despejar mi mente de la somnolencia pero en ese momento me olvidé momentáneamente de cualquier sensación de cansancio y me puse a caminar por el lugar con los brazos cruzados.

¿Qué representaba cada uno para el otro? ¿Cómo podíamos romper aquellos esquemas innecesarios?

—¿Qué viene a tu mente cuando ves a Aria? —Agramon dio un paso atrás y me miró con desconfianza—. ¡Vamos!

—¿Esto es una clase rara de terapia? —Vi como, a causa de su voz elevada, la vendedora de aquel lugar se acercaba a nosotros—. Señora, ¿le gustaría ayudarnos?

La señora estaba cerca de los cincuenta años pero sus ojos verdes eran tan cálidos, y brillaban de una manera tan hermosa, que su edad no se comparaba a la juventud de su alma.

—Claro, ¿eligen anillos para ustedes? —Agramon y yo nos miramos, pude ver la alarma en su rostro y estaba casi segura, que el mio reflejaba lo mismo—. ¿Me equivoqué?

—Ella es mi hermana, mejor dicho, la mujer de mi hermano. —Agramon reaccionó antes que yo y le sonrió, casi pude ver algo de calidez en esa sonrisa—. Me vino a ayudar a elegir los anillos para mi compromiso.

—Vaya, ¡en hora buena!—La vi sonreír, tal vez un poco incómoda por haber creído que me comprometería con el hermano de mi pareja—. ¿Alguna idea en mente?

OcultoWhere stories live. Discover now