Sueños entre flores marchitas

Capítulo 15

—Kanna... —murmuró Nayra entre su llanto, observando como la mujer se arrodillaba frente a ellas y sostenía sus mentones.

La rubia sonrió mientras veía a Laura y luego a Ganon. Negó con la cabeza sin dejar de sonreír. Llevó su mirada a Nayra y luego a sus hermanos, haciendo el mismo gesto que antes.

—Habrá demasiado tiempo para hablar, pedir y dar perdón y explicarlo todo, pero ahora es cuando necesito que ambas me ayuden. Hades no puede ganar y quedarse con todo aquello que yo creé con amor.

Nayra agachó la mirada al sentir la mirada fulminante de sus tres hermanos. No se sentía digna y no comprendía por qué Kanna le brindaba su perdón.

—No te sientas así. Todo lo que hiciste tiene un propósito bueno. Tu propósito fue limpiar el corazón de Ghrim, y aunque no lo creas y Hades trate de arruinarlo, él volvió a amar de la manera más sincera posible.

—No quiero que muera. Lo amo... —dijo la joven entre sollozos, partiéndole el corazón a su hermana gemela de la peor manera posible.

—¿Qué sabrá ella de amor cuando nos abandonó para irse a Karkya? —comentó Freya empuñando ambas manos. Kanna la miró con la misma dulzura en su mirada y negó con la cabeza. Se levantó y se puso al lado de la joven.

—Yo hice que lo hiciera. —respondió la diosa.

—¿Por qué? —preguntó Janus mirándola completamente desconcertado. —¿También a Lowe? ¿A mi hermano de toda la vida? —cuestionó nuevamente.

Kanna calló y Janus repitió las preguntas.

—Todos son mis Guardianes de una manera diferente.

—¿A costa de la vida de mi madre? —preguntó Cataline. —Lowe es un asesino, no un Guardián. Y ella... —mencionó señalando a Laura y llevando su mirada a Ganon. —Otros podrán decirte.

—Basta... —pidió Ganon de una manera seria, observando a la nada. En ese momento se negaba a hacer contacto visual con Laura, pues aún le costaba aceptar que había perdón para ella. Parte de él aún la odiaba por arrebatarle a su hermano menor. Ni siquiera le importaba haber perdido el ojo, solamente le importaba la vida de su hermano, aquella que no iba a recuperar nunca.

—No puedes perdonar a alguien que te ha quitado lo único que tenías, ¿o sí? —cuestionó Cataline nuevamente, se notaba la furia en su voz.

Antes de que Ganon pudiese responder, fue Kanna quien le habló a la hermana mayor de Lyanna y Nayra.

—Dime una cosa, Cataline, ¿aún odias a Lowe por lo que hizo o sigues amándolo? —cuestionó, para sorpresa de todos. Cataline calló y Kanna tomó de la mano a Nayra y Laura para levantarlas. —Las necesito a ambas conmigo. Estoy dispuesta a entregarles uno de mis preciados regalos y otorgarles la fuerza en el Elemento. —dijo hacia ambas.

—No somos dignas... —respondió Laura negando con la cabeza. —Y yo... prometí volver a Karkya a salvar a Alaia. Debo ayudarla a ser fuerte y a poder ayudar a Ghrim y Lowe. Si me das un celador no sobrevivirá cuando yo entre a Karkya.

Nayra la observaba, mientras inevitablemente, un par de lágrimas salían de sus ojos. Posó su mano libre en el hombro de su amiga y ésta llevó rápido su mirada a ella.

—Ya lo entendí. Estamos destinadas a ser quienes se arriesguen. Estoy segura que si dejas que esto pase, ayudará más que solo te vayas de vuelta a ser herida por él. Ya no puedes sufrir más y... —estaba por decir, cuando pudo escuchar como resonaba la voz de Hiro en el templo. No estaba segura de qué pasaba, pero empezaba a tener miedo, por ella, por su familia, por Ghrim.