Capítulo 7

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Lyanna no podía dormir con tranquilidad, al verse atacada por un sueño que no comprendía y una voz que emergía de la nada dentro de sus propios pensamientos. No quería pensar que había algo con todo ello relacionado con Nayra, aunque sabía que así lo era, al verla a ella en sus sueños junto a un grupo que empezaba fuerte y terminaba vulnerable.

Era la quinta vez que se despertaba por la noche luego de soñar lo mismo, y luego de escuchar aquella voz que decía su nombre y se escondía en sus pensamientos sin decir nada más. 

Su padre sabía de ello y, por lo tanto, le había pedido al resto de Guardianes que se quedara un tiempo en su casa para asegurarse que Lyanna estuviese bien. A pesar de ello, temía que su hija entrara en la fase de locura en la que sabía con certeza que Nayra había entrado.

La joven de los cabellos grises en combinación al color de las plumas de su celador se levantó y caminó hacia la sala principal, donde estaba segura que el resto de Guardianes se encontraba.

Por la ventana pudo ver a Pimpernell sobrevolar Lykanna junto a Jagha, algo que de alguna manera le planteó otra duda más sobre los Celadores.

Caminó con lentitud hacia aquella sala y no se equivocó, el resto de Guardianes se encontraba teniendo una charla sobre el mismo tema que frecuentaban esos días; los sueños de Lyanna.

Sin darse cuenta de la presencia de la joven, ésta empezó a hablar, dispuesta a contar lo que había sucedido en sus sueños por los últimos días.

—Solo la puedo ver a ella en un fondo negro. Parece que nada más existe, solamente ella. No dice nada y solamente se queda viéndome con ojos vacíos, ojos que lentamente se tornan oscuros y completamente siniestros, mientras lentamente algunas personas se ven detrás de ella. Unos que simplemente parecen no querer estar ahí, pero lo están. Personas que tienen una historia triste que ocultan bajo una fachada seria que no muestra dolor alguno. Pero no lo comprendo. No comprendo porqué ahora puedo ver bajo la fachada de fuerza de cada uno. Puedo verlo todo. Un engañado, una abusada, otra raptada, uno lleno de remordimiento y ella llena de dolor e inseguridad. Todo ello es algo que ni siquiera comprendo. Hay mucho más que quisiera ver, pero me limito a aquella imagen en la que siento que, de alguna manera, mi corazón me llama a incorporarme. Escucho una voz que me llama y de alguna manera, con solo llamarme por mi nombre, me pide que vaya hacia él. Necesito saber lo que eso significa. 

El resto mantuvo silencio procesando con lentitud aquellas palabras dichas por la joven, quien se sentó al lado de Brenn, su hermano, y recostó su cabeza en su hombro mientras cerraba sus ojos.

—Por decir ella, ¿hablas de Nayra? —preguntó Janus mientras tenía sus manos juntas, con sus codos apoyados casi por sus rodillas. 

—Sí. —respondió la chica a secas.

—¿A quién más puedes ver? —preguntó Freya con curiosidad mirando a Lyanna, quien mantenía sus ojos cerrados y su cabeza recostada en el hombro de su hermano.

—Lowe, a dos chicas y un tipo que me da miedo. —respondió manteniendo sus ojos cerrados, mientras la mano de Cataline iba a acariciar su cabello.

—Ghrim... —escuchó decir a Ganon con un tono lleno de odio y furia, algo que ella no pudo comprender en ese momento.

Abrió los ojos y llevó su mirada al líder de los Guardianes. Lo miró con curiosidad y el resto calló, sabiendo que la joven estaba dispuesta a preguntar algo.

—¿Quién es? —cuestionó con respecto al recién mencionado, Ghrim.

—El líder de los Códigos, el responsable de la muerte de Farora. —respondió Kemin mientras sostenía entre sus manos un broche que había sido regalo de Farora cuando él entró a servir a Kanna.

Sueños entre flores marchitasWhere stories live. Discover now