Capítulo 5

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En la mente de Nayra, las dos semanas estando en el Templo Oscuro de Karkya compartiendo con los Códigos y especialmente con su líder, Ghrim, habían sido por mucho las dos mejores de su vida. En Lykanna nunca había podido compartir sus pensamientos libremente con nadie, ni siquiera con su hermana gemela, que se suponía sería con quien compartiría todo desde el primer momento.

No podía negar que se sentía en casa con aquellos que deseaban lo mismo que ella. Tampoco se veía en la posición de negar que una parte de sí deseaba haber sido como Lyanna, Brenn y Cataline.

Sin embargo, había algo en el líder de los Códigos que la hacía olvidarse por completo de la vida que dejó atrás en Lykanna. Sabía perfectamente que estaba mal involucrarse con él, más siendo él mayor que ella y el líder de la nueva organización en la que ella estaba. Simplemente no podía verse involucrada con él, aunque su interior le pidiera a gritos buscarlo cuando el resto dormía.

No habían pasado de un simple beso, el cual se vio interrumpido por Lowe, que terminó recibiendo un regaño por parte de Ghrim, haciéndolo jurar que lo dejaría estar a solas con Nayra cada vez que pasara.

La joven no comprendía como el de mayor rango en los Códigos podía tener los ojos sobre ella; la más débil de todos. Tampoco entendía porqué el resto de Códigos le mostraba respeto, exceptuando a la rubia; Alaia. Prefería mantenerse al margen y no hablar con nadie que no le dirigiera la palabra primero a ella. Al menos había alguien con quien ella podía hablar y no sentirse mal o confundida por todo aquello que pasaba a su alrededor y que ella no terminaba de comprender.

Había un lado mucho más oscuro del que se veía en Ghrim y Lowe, algo que les hacía pensar que tenían mayor poder sobre el resto de Códigos, un poder que descargaban con alguien que Nayra no podía ver, alguien en la profundidad de Karkya, alguien que podría saber más de los Códigos y las verdaderas razones de sus orígenes.

Lamentablemente, cada uno de los miembros de aquella organización tenía completamente prohibido hablar de lo poco que Ghrim y Lowe les confiaban, pero Nayra estaba segura de que había mucho por saber y que posiblemente, cada uno tenía una clave para descubrir una realidad completamente sorprendente. Bueno, si es que sus pensamientos y suposiciones eran certeras.

—Piensas demasiado, Barlow. —dijo una de las miembros más serias y misteriosas de los Códigos; Laura. —Quisiera saber que es aquello que ronda por tu mente. Estos días solo te sientas ahí, frente a la ventana, miras a la nada de esta porquería de lugar y simplemente piensas. —agregó, haciendo que Nayra entendiera a la perfección que optaba por tratar de entender aquello que se pasaba por su mente.

—Tienes razón, Laura. —respondió a secas la joven del cabello castaño y volvió su mirada a la ventana. —Hay mucho que quiero empezar a entender de Karkya, de este Templo y las razones por las cuales... somos lo que somos. —agregó.

Laura acomodó su cabello hacia un lado y miró a la castaña frente a ella, aunque ésta no la viese de vuelta.

 —Porque somos instrumentos de destrucción, unos más que otros. —comentó Laura para luego recibir una mirada confundida por parte de Nayra.

—¿Puedo preguntarte algo? —cuestionó la más joven de las dos, notando algo en Laura que no había podido ver antes; un tatuaje en su clavícula derecha que tenía forma de una jaula. No quiso preguntarlo, por lo que únicamente se guió a la pregunta que en verdad tenía en mente.

—Dime. 

—¿Por qué Ghrim y Lowe conspiraron para matar a mi... a Farora?

Antes de poder responder a aquella pregunta, Laura se sentó junto a Nayra y recogió su negro cabello en una coleta alta.

Sueños entre flores marchitasWhere stories live. Discover now