Capítulo 3

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—Celadores... —exclamó el líder de los Guardianes, con la mirada fija en la chica que recién se había purificado. —Salgan a buscar a Nayra. —pidió, y la segunda en el mando continuó con lo que el líder empezaba a decir.

—Rhyse, Lyos, ustedes irán al oeste. Kane, Lonaya, al este. Kyara, irás al sur. Roushe, más allá del norte. Jagha, Pimpernell, sobrevolarán por toda el área buscando alguna señal. —pidió hacia los Celadores, manteniendo una expresión firme, aunque hubiese querido ser ella quien fuese a buscar a su hermana.

—Cualquier señal de Nayra, háganla saber. —indicó nuevamente el líder antes de que cada Celador se fuera al rumbo que le fue indicado.

Brenn y Cataline caminaron hacia Lyanna para abrazarla por turnos. Les parecía fascinante la idea de tener a su hermana junto a ellos, aunque la idea de tenerlas a ambas, a Lyanna y a Nayra, era mejor que tener solamente a una.

—Supongo que empiezas a tener dudas, Lyanna. —dijo el líder, Ganon, caminando hacia ella y sus dos hermanos. 

La que recién había adquirido el cabello gris, le dio una sonrisa bastante amistosa al que compartía el cabello blanco con su león.

—Unas cuantas nada más. —respondió luego de aquella sonrisa que le ofreció a Ganon.

—Supongo que serán las mismas que le surgieron a todos en algún momento. ¿Es sobre los Celadores? —cuestionó el joven y Lyanna asintió. —Verás, Kanna nos da a todos un Guardián que llamamos Celador, nos lo da para que de alguna manera, nosotros, sus elegidos, estemos protegidos. Resulta ser que compartimos parte de nuestra alma con nuestro Celador. Por ello nos podemos comunicar con ellos a través del pensamiento. Y, si la acción es requerida, al dormir podemos controlarlo con la parte de nuestra alma que se encuentra en ellos. Esa es básicamente la conexión que hay entre nosotros y nuestro Celador. Comparte nuestras características emocionales y sabe cuando algo está mal dentro de nosotros. —agregó, aclarando la duda de la recién iniciada, quien sonrió viendo hacia el cielo nocturno que se veía por el hueco del techo y regresó la mirada al chico que había respondido aquella duda.

—Yo tengo una duda, oh gran Ganon. —mencionó Kemin, quien resultaba ser el más humorístico y animado de los ocho, luego de que se les integrara Lyanna.

—Habla... —pidió el de cabello blanco cruzándose de brazos mientras llevaba su mirada a aquel chico.

—¿Roushe también es tuerto o solamente a ti te falta un globo ocular? Ojo, para los incultos. —preguntó para recibir una mirada fulminante, solamente con un ojo, de parte de Ganon.

—Roushe tiene los dos ojos, imbécil. Disfruto de poder ver excelentemente cuando duermo y veo a través de sus ojos. —respondió Ganon un tanto molesto, aunque terminó por rendirse y reír ante la pregunta de Kemin.

—Nunca lo pregunté, pero, ¿cómo perdiste el ojo? —preguntó Cataline señalando al parche que cubría lo que hubiese sido el ojo de Ganon.

—En la batalla contra los Códigos, cuando casi me asesinan a mí también. —respondió con frialdad.

Ganon había perdido el ojo izquierdo la noche que los Códigos invadieron Lykanna y se llevaron la vida de Farora. La esposa del duque era la líder de los Guardianes y quería que si algo le sucedía a ella, fuese Ganon el siguiente líder de los Guardianes. 

Recordó que esa noche en particular, un Código entró a la casa del joven. Había tomado la vida del hermano menor de Ganon, Naro, y se disponía a tomar la vida de Ganon también.

Se iba a reprochar toda la vida por no haber sido capaz de evitar la muerte de Naro. Hubiese preferido morir él antes que su hermano. Pero por alguna razón, Kanna necesitaba que eso sucediera. Todo ello lo había llenado de la fuerza suficiente para poder crecer como persona y como Guardián, y con ello, jurar que no permitiría que nadie más en Lykanna tuviese que temer a un Código.

Sueños entre flores marchitasTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang