Capítulo 6

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Antes de que Ghrim pudiese despertar, y ya con la poca luz que el sol generaba a esa hora, Nayra se levantó. No planeaba desobedecerlo luego de lo que vio la noche anterior, a pesar de que tuviese miedo en ese momento y simplemente quisiera acudir a alguien con quien tuviese mayor confianza.

Sin hacer ningún ruido, se levantó de la cama y salió de la habitación de Ghrim hacia la suya para lograr ducharse y cambiarse antes de salir hacia el lado oeste del Templo Oscuro de Karkya, donde sabía que Hiro esperaba pacientemente algo de ayuda a su merced en el frío de la mañana en aquel lugar.

Procuró no hacer ningún tipo de ruido y pareció que así había sido. Salió con cautela de su habitación y se dirigió hacia la parte más profunda del Templo, donde generalmente unían todos los poderes elementales antes de poder sentirse con el orgullo suficiente como para comer. Aquellos rituales aún no eran comprendidos por la joven Barlow pero no parecía querer negar las órdenes del líder ni cuestionar aquello que hacían.

Mantuvo cautela todo el rato evitando a toda costa poder despertar al resto de Códigos. Sin embargo, había quien ya estaba despierta a esa hora; Laura.

Nayra, al verla, casi gritó del susto, aunque le fue posible contenerse.

—Me asustaste. —comentó la del cabello castaño, la otra rió para sí.

—Perdona. —respondió la otra mientras sujetaba su cabello en una coleta y se apoyaba de espaldas contra una de las paredes. —Lowe me dijo que serás tú quien tomará mi lugar para cuidar a Hiro. Pero no pienso dejar que hagas todo sola. —agregó sin más, actuando realmente como si le importara aquel hombre fuera del Templo Oscuro.

—¿Lo conoces? —preguntó Nayra y la pelinegra suspiró.

—Y muy bien, sí. Aunque, preferiría contártelo todo fuera. Las paredes tienen oídos, Nayra. —respondió Laura, tomando una pequeña caja en sus manos para dársela a Nayra y luego ella tomar otra.

Se encaminaron entonces hacia las afueras del Templo. Si era necesario, caminarían lento hasta que concluyeran con la charla con respecto a aquel hombre que recibía maltratos por parte de Lowe y Ghrim, algo que Nayra no comprendía.

Si bien, Ghrim había dicho que fue Hiro quien había manipulado a Lowe para asesinar a Farora aquella noche, ella no estaba completamente segura. No era que lo dudara, pero algo en las palabras de Ghrim parecía no ser cierto. Recordó que Laura había mencionado que posiblemente él estuviese enamorado de Farora y que esa noche, le fue imposible asesinarla, por lo que permitió que la llama azul de Lowe acabara con la vida de aquella hermosa mujer.

—Ayer dijiste que Ghrim estaba enamorado de ella. ¿Es cierto? —preguntó la castaña refiriéndose a Farora, algo que, evidentemente, Laura entendió. Caminaban a un paso lento, sin verse, solo manteniendo la mirada en el cielo con un tono naranja suave por aquel amanecer. 

—Lo dije, sí. Si preguntas si es verdad, todos dentro pensamos que es una posibilidad. 

—¿Por qué? —cuestionó Nayra.

—Él odia a Hiro. Porque fue Hiro quien le había dicho que asesinara a su familia. Hiro es el creador de las voces en la cabeza de todos. Fue él quien lo condujo a crear los Códigos. Y lo sé porque yo misma fui testigo de ello. —respondió la pelinegra con la mirada baja.

—¿A qué te refieres?

—Hiro fue la voz en mi cabeza que hizo que huyera de Lykanna para venir aquí. Pero antes de ello, me pidió que fuera por Alaia, la sobrina de Farora. 

Las palabras de Laura sorprendieron a Nayra en demasía.

—¿Alaia es sobrina de mi madre? —preguntó con una expresión sorprendida mientras se detenía en seco.

Sueños entre flores marchitasWhere stories live. Discover now