Capítulo 8

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La más joven de los Guardianes sabía que nada estaba bien con respecto a la voz que escuchó la anterior noche. Algo estaba sucediendo y parecía tornarse grave. Se negaba realmente a pensar que la voz tuviese razón, aunque de alguna manera, esa voz lograba hacerla pensar que era lo correcto aquello que le decía. 

Todos estaban completamente preocupados por ella, más porque parecía que por aquellos pensamientos, terminaría cediendo a lo mismo que Lowe cedió, aún luego de haber jurado ante Kanna completa fidelidad.

Esa mañana, Lyanna no planeó salir de su habitación y prefirió quedarse encerrada compartiendo el silencio con las cosas que en algún momento fueron de su hermana, alguien más que seguramente se vio afectada por aquella voz que no había manera de callar.

Kemin supo en el momento en el que la sonrisa de Lyanna se borró que algo no estaba bien. La mirada de la chica se tornó perdida y él no sabía lo que había sucedido, aunque luego de un par de segundos, supo de lo que se trataba.

Corrieron de inmediato con Ganon, Brenn y Cataline. Según había dicho la hermana mayor de Lyanna, ella no había dejado de llorar por horas. Solamente se rindió ante el sueño cuando el mismo llanto la hizo dormir. 

Para Kemin, Lyanna era mucho más que la nueva de los Guardianes, la hermana de Brenn y Cataline o la hija de Farora. Para él era alguien que hacía cambiar el lugar en el que estaba, tenía la capacidad de hacerlos a todos felices. Sin embargo, si ella no podía estar feliz, era obvio que no iba a contagiar esa felicidad a otros. Se había dispuesto a hacerla feliz, a sacar esa sonrisa que en muchas ocasiones, hacía sentir bien al resto de Guardianes.

En ese momento, lo único que le quedaba era esperar a que ella se sintiera mejor para intentar averiguar realmente lo que estaba sucediendo, aunque podría, mientras tanto, intentar averiguar algo más.

Había visto a Ganon y Roushe subir hacia el Templo, esperaba de alguna manera poder hablar con ellos y averiguar bien lo que estaba sucediendo. Había algo que el líder no les estaba diciendo y él de alguna manera iba a averiguarlo.

—No estás actuando con prudencia, Kemin. —dijo Rhyse a la vez que seguía al Guardián que Kanna le encargó cuidar con su vida. —Si Ganon y Roushe no dicen nada, es por algo. No vas a forzar las decisiones del líder que la diosa escogió.

—Debo saberlo, Rhyse. Necesito saber que es aquello que atormenta a Lyanna. Ella me importa demasiado como para ignorar que está pasando un mal momento. —respondió el joven y caminó bastante rápido sin detenerse hasta verse junto a Rhyse frente a las puertas abiertas del templo. Sin hacer mucho ruido, escucharon como dentro, Ganon mantenía una conversación con Roushe.

Si no estaban mal, les parecía que Ganon tenía la voz quebrada.

—Aún es algo que no puedo comprender Roushe, ella simplemente dejó todo atrás. Algo por lo que quiso luchar toda su vida. ¡Me lo juró bajo la luna de Kanna! No lo entiendo.

Finalmente, luego de todo su tiempo siendo un Guardián, Kemin pudo escuchar la voz de Roushe, tan potente que resonaba en aquel lugar.

—Tal vez no lo comprendes, pero hay más en los planes de Kanna que permitir que ella se quedara aquí. Puede que la realidad de lo que ella hizo te parezca algo que no puedes tolerar, pero de alguna manera, perder a tu hermano te hizo tan fuerte como lo eres ahora. No lo comprendes ahora y a mí no me corresponde explicarte, pero te encontrarás con ella nuevamente y entonces sabrás realmente para lo que tú y ella están hechos. Y si llega el momento en el que tengan que estar ambos solos, ya sabrás lo que tienes que hacer.

—Ella me arrebató a lo más preciado de mi vida. Ella fue quien cerró mi corazón. Irónicamente estaba abierto para ella.

—Te lo arrebató para que lo más preciado de tu vida se uniera a mi espíritu y te fortaleciera. Él está bien. Y si él lo está, debes estarlo tú. —pidió Roushe con aquella voz potente que hacía estremecer incluso al líder de los Guardianes. Ganon asintió y se mantuvo en silencio.

Sueños entre flores marchitasWhere stories live. Discover now