Capítulo 11. El momento

Start from the beginning
                                    

-¿Sabes a caso la joya de coche que tienes?

-La verdad es que de motores y esas cosas no tengo ni idea. Solo sé que es bonito.- yo bufé.- Pero la primera vez que lo viste y que te subiste en él, no reparaste mucho en eso.

-Já já, muy graciosa.- Creo que estaba algo ocupado en los rasguños que tenía por todo el cuerpo.

-Quién te manda a ir a toda pastilla por la autopista-inquirió.- Si tuvieras más sensatez, no lo harías. Ahora no tienes moto por esa tontería.

-Eso se puede arreglar.- Subimos al coche, y cuando me puse el cinturón ella habló.

-¿Tu papi te compra lo que quieres?-dijo burlona, yo le sonreí con falsedad.

-No guapa, yo me gano mi dinero, al contrario que otras.

-¿Insinúas algo?

-Sí-contesté sin pelos en la lengua-, que creo que nunca en tu vida has movido un dedo para obtener lo que quieres. Siempre te lo han dado todo hecho. Y por eso aun no sabes nada del mundo que te rodea.

-¿Qué sabes tú de mi vida, Edward? No me conoces.

-Me encantaría hacerlo-contesté.

Ella no dijo una palabra más. Arrancó y condujo en silencio por la carretera que llevaba al pueblo. En poco tiempo y tras el tenso callar, llegamos a una cafetería a las entradas de Forks. Allí entramos, cogimos la mesa más alejada de la puerta y nos sentamos. Ella pidió un capuchino, yo me pedí otro. Ahora que la tenía frente a mí, se me pasó por la mente la duda que hacía días llevaba en la mente.

-¿Quién era ese chico de la discoteca?-pregunté.

-¿A quién te refieres?

-Al que estaba contigo en el reservado.

-Ah, ya…-bebió un trago de su café-. No creo que te interese saberlo.

-¿Por qué?

-Es algo que tiene que ver con mi vida en Nueva York. No es nada importante.

-Ya, y por eso te he visto estos días tan rara.

Había pasado casi una semana desde que tuve ese encuentro en la Gouble con Bella, y todavía no había podido quitármela de la cabeza. Ni a ella ni a ese tipo que no me inspiraba la mínima confianza. Ella suspiró audiblemente.

-No me apetece hablar de ello.- yo asentí lentamente. Tampoco era cuestión de obligarla.-Mejor cuéntame, ¿qué hace el rebelde del instituto para entretenerse?

Yo me encogí de hombros y pensé un poco.

-Pues… No mucho. Pero sí que tengo un sitio a donde me gusta bastante ir para escapar de todo.

-¿Escapar? ¿Por qué vas a querer escapar?

Bella

Seguro que su vida era muy interesante, y por ello no entendía que quisiera olvidar todo lo que le rodease.

-Tu tampoco me conoces lo suficiente-respondió misterioso.

Sonreí un poco, y volví a beber de mi capuchino.

-¿Me enseñarías ese lugar tan especial?-pregunté con curiosidad.

-¿Quieres ir?

-No tenemos nada que hacer, y además, quiero saber lo que aun no sé de ti.

Asintió. Terminamos nuestras bebidas, pagamos y luego nos subimos a mi coche. Me fue indicando el camino. Y cuando llegamos al final de una carretera de tierra, me hizo parar.

UnknowWhere stories live. Discover now