-¿Sabes a caso la joya de coche que tienes?
-La verdad es que de motores y esas cosas no tengo ni idea. Solo sé que es bonito.- yo bufé.- Pero la primera vez que lo viste y que te subiste en él, no reparaste mucho en eso.
-Já já, muy graciosa.- Creo que estaba algo ocupado en los rasguños que tenía por todo el cuerpo.
-Quién te manda a ir a toda pastilla por la autopista-inquirió.- Si tuvieras más sensatez, no lo harías. Ahora no tienes moto por esa tontería.
-Eso se puede arreglar.- Subimos al coche, y cuando me puse el cinturón ella habló.
-¿Tu papi te compra lo que quieres?-dijo burlona, yo le sonreí con falsedad.
-No guapa, yo me gano mi dinero, al contrario que otras.
-¿Insinúas algo?
-Sí-contesté sin pelos en la lengua-, que creo que nunca en tu vida has movido un dedo para obtener lo que quieres. Siempre te lo han dado todo hecho. Y por eso aun no sabes nada del mundo que te rodea.
-¿Qué sabes tú de mi vida, Edward? No me conoces.
-Me encantaría hacerlo-contesté.
Ella no dijo una palabra más. Arrancó y condujo en silencio por la carretera que llevaba al pueblo. En poco tiempo y tras el tenso callar, llegamos a una cafetería a las entradas de Forks. Allí entramos, cogimos la mesa más alejada de la puerta y nos sentamos. Ella pidió un capuchino, yo me pedí otro. Ahora que la tenía frente a mí, se me pasó por la mente la duda que hacía días llevaba en la mente.
-¿Quién era ese chico de la discoteca?-pregunté.
-¿A quién te refieres?
-Al que estaba contigo en el reservado.
-Ah, ya…-bebió un trago de su café-. No creo que te interese saberlo.
-¿Por qué?
-Es algo que tiene que ver con mi vida en Nueva York. No es nada importante.
-Ya, y por eso te he visto estos días tan rara.
Había pasado casi una semana desde que tuve ese encuentro en la Gouble con Bella, y todavía no había podido quitármela de la cabeza. Ni a ella ni a ese tipo que no me inspiraba la mínima confianza. Ella suspiró audiblemente.
-No me apetece hablar de ello.- yo asentí lentamente. Tampoco era cuestión de obligarla.-Mejor cuéntame, ¿qué hace el rebelde del instituto para entretenerse?
Yo me encogí de hombros y pensé un poco.
-Pues… No mucho. Pero sí que tengo un sitio a donde me gusta bastante ir para escapar de todo.
-¿Escapar? ¿Por qué vas a querer escapar?
Bella
Seguro que su vida era muy interesante, y por ello no entendía que quisiera olvidar todo lo que le rodease.
-Tu tampoco me conoces lo suficiente-respondió misterioso.
Sonreí un poco, y volví a beber de mi capuchino.
-¿Me enseñarías ese lugar tan especial?-pregunté con curiosidad.
-¿Quieres ir?
-No tenemos nada que hacer, y además, quiero saber lo que aun no sé de ti.
Asintió. Terminamos nuestras bebidas, pagamos y luego nos subimos a mi coche. Me fue indicando el camino. Y cuando llegamos al final de una carretera de tierra, me hizo parar.
YOU ARE READING
Unknow
Teen FictionIsabella Swan es la capitana de las animadoras de su instituto en Nueva York. Tiene todo lo que desea: unas amigas que la siguen con sus perritas falderas, su novio es el capitan del equipo de baloncesto, su madre le da todo lo que quiere... Pero to...
Capítulo 11. El momento
Start from the beginning