Ambas al sillón...

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Los ojos de Laura se abren con la luz del día que entra a través de la ventana de su casa y siente un peso sobre su pecho, baja la mirada para observar el cálido cuerpo de Carmilla. La noche había sido larga y agitada para la pelinegra. Sus propios brazos la cubren con dulzura, no quiere que se aleje y con el simple recuerdo de los últimos meses que pasaron alejadas, se estremece un poco. El leve movimiento hace que la pelinegra se sobresalte y de una bocanada de aire.

-Carm, tranquila.-dice Laura en un susurro sobre su oreja, mientras sus manos la abrazan con más firmeza. La cara de la pelinegra se hunde en su piel y suelta un suspiro de alivio.- ¿Qué paso?

-Nada... otro sueño...muy feo.- dice, en voz baja. Por fin, levanta la cara del cuerpo de la más pequeña para mirarla a los ojos.- Pero ya pasó, ya vi que estabas bien.

Laura la mira con una sonrisa en los labios pero por dentro su corazón se estremece ante la imagen de Carmilla despertando por las noches sin tenerla cerca para calmarse. Una persona con su actitud siendo tan vulnerable y frágil. La rubia se acerca y planta un beso en la frente de la pelinegra.

-Gracias.-dice Carmilla, en un susurro.

-¿De qué?-pregunto, sonriéndole.- Creo que no estoy lista para que me agradezcas por un simple beso en la frente.

-No linda, no por eso. Por haberme dejado dormir en el sillón... y por dormir en el sillón conmigo.- dice, en voz baja, sus labios rozan el cuello de la rubia mientras le esconde la mirada.- y también quizás por ese beso... tus labios logran que recupere la calma.- Laura solo puede sonreírle con dulzura, aunque Carmilla no la este mirando a los ojos y sigan hundida en su cuello. La sensación de esos labios en su cuello se le hace tan cercana y lejana a la vez, definitivamente la extrañaba.

-No sé si debería preguntar esto pero... ¿Por qué no pudiste volver a tu casa?- pregunta con timidez, duda que debiera haberlo hecho en primer lugar.- No quiero decir que no me encantó que hayas venido, me encanta tenerte en casa, en mi sillón... en mis brazos más específicamente.- termina de decir y corre una mano a lo largo de la espalda de la pelinegra.

-Mmm... bueno yo... estoy teniendo un conflicto con mi madre.-dice despacio, dudando de decirlo por completo. Toma aire y lo suelta.- Ella no quiere que te cuente lo que tengo que contarte y bueno... ayer antes de entrar a casa, vi las luces prendidas y su figura caminando por mi living y... decidí que no quería lidiar con ella por el tiempo que pueda evitarlo. Tampoco iba a dejar de contarte por ella, así que bueno... supuse que no me ibas a dejar afuera y te extrañaba demasiado.

-Carm... si esto te trae tantos problemas...

-Los únicos problemas que me importan son los que pueda llegar a tener con nuestra relación.- dice y Laura le gusta como suenan esas palabras en la boca de la pelinegra. Su relación.- Hablando de eso...-dice, y Laura dolorosamente siente como empieza a quitarse de encima y sentarse en el sillón...tenemos bastante de que hablar.

-Eso parece pero... ¿tiene que ser ahora?

-Solo lo que vos quieras que sea ahora... ¿algo en mente?- respondió Carmilla, la mente de Laura le estaba jugando una mala pasada y miles de respuestas se le cruzaron en un segundo.

-Eh...-empezó, mientras ordenaba las ideas en su mente.-...quizás ir a desayunar a algún café, voy a llamar a la cafetería para tomarme el día libre, no hay forma que deje tu lado si estas en casa.-dijo, sonriéndole. Carmilla se movió a su lado nuevamente y estiró la mano para tomar la de Laura entre sus dedos, estrechándola con ternura.

-Bueno, un café será.

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Perdón por la espera!!! Ayer llegué de mis vacaciones y estuve sin computadora para escribir :(

Café tibioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora