Solo quisiera ayudarte...

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Llevaba una semana sin haber visto ni hablado con Carmilla. Después de nuestra cita, había estado haciendo muchas horas extra en la cafetería para poder pagar las reparaciones de mi casa después del incendio. Apenas había tenido tiempo para dormir y ahora tendría que buscar un lugar donde pasar unos días, ya que las reparaciones estaban ocupando casi todo mi espacio. Pasaba el tiempo sirviendo entre mesas y pensando a quien pedirle ayuda ya que mi padre había salido de vacaciones y no quería molestarlo, y mi mejor amiga Laf estaba pasando mucho tiempo en la casa de su nueva novia y no quería interferir en sus planes.

Estaba agotada, ya eran casi las 9 de la noche y ese día la cafetería cerraba a las 10:30. Los clientes no estaban siendo muy amables y yo ya no tenía ganas de atender a nadie, entré en la cocina y apoyé mi espalda en la pared mientras me tomaba tapaba los ojos con ambas manos tratando de no llorar del cansancio.

Mi amigo Kirsh, el cocinero de la cafetería, me tocó el hombro.

-"Hey Lau, ¿estás bien? Creo que alguien vino a verte."- terminé de escucharlo y me asomé un poco por la puerta de la cocina para ver quién era. Carmilla se estaba quitando un largo saco negro para descubrir una camisa también negra con algunos detalles en blanco y sus típicos pantalones de cuero. Se sentó en la misma mesa que aquella primera vez que nos conocimos y saco un libro de bolso mientras dirigía su mirada al mostrador pero sin encontrarme.

-¿cómo me veo?- dije, mientras me daba vuelta para que Kirch me diera algún consejo.

-Un poco agotada, ¿no trajiste algo para las ojeras? Y el peinado...- dijo, mientras me aplastaba el pelo.

-Ay Kirsh!- dije, quitando sus manos de mi cabeza.- se supone que me tenía que decir que estaba bien para verla! – dije, mirándolo con mala cara.

- Lo que intentaba decir es que a Carmilla no le importa cómo te veas! Creo que te quiere de verdad... Además con mi arreglo de peinado ya estás muy bien.-dijo, sonriendo.

-Ah ... bueno, mejor asi.- dije, sonriendo y me di vuelta para salir.- Deséame suerte.

Y no termine de escuchar que dijo porque estaba afuera y veía a Carmilla devolviéndome la mirada. Tomé una bocanada de aire para calmarme y caminé hasta su mesa con calma.

-Hola Carm.- dije, sonriéndole y apoyando ambas manos en la mesa.- ¿de dónde venís así vestida? Estas muy elegante.

-Hola linda.-dijo, puso su mano sobre la mía y una corriente de electricidad me corrió por la espalda.-Vengo de dar clases en la universidad, nada muy interesante y ¿Cómo estás? Hace mucho no hablamos.- y su expresión parecía más preocupada.

- Si... masomenos.- dije y miré alrededor buscando a mi jefe y le hice un par de señas a las cual aceptó y me senté en frente de ella.- Estoy exhausta...-apoyé los codos en la mesa.- Estoy haciendo muchas horas extra para arreglar la casa, tengo que buscar un lugar donde quedarme por unos días y se está volviendo... complicado.-terminé de hablar y apoyé la cabeza en mis manos. Ella se acercó mas sobre la mesa y me tomó por los hombros, acariciendome.

-Hey, tranquila, todo va a estar bien. Es solo por un tiempo.-dijo, y pareció detenerse a pensar un momento.- No te puedo ayudar con el dinero porque no me sobra mucho que digamos pero... ojala no me arrepienta de esto.-dijo, sonriéndome.- si quieres... puedes quedarte en mi casa unos días, hasta que las reparaciones terminen y todo vuelva a la normalidad.

-Bueno, yo...-empecé pero me quedé pensando... ¿no era esto demasiado? Y si las cosas se ponían incomodas, no nos conocemos hace tanto tiempo... pero era ella, quería pasar todo el tiempo que pudiera a su lado pero también quería ir despacio y...

-Si te hace sentir más cómoda, puedes venir como una amiga, no hace falta que te sientas presionada con lo que vaya a pasar entre nosotras y nuestras relación... si es que tenemos algo. Solo quiero ayudarte, de verdad te veo estresada y...

-Está bien.-dije, sin querer pensarlo más.- Esta bien, voy a ir unos días a tu casa.

-Que alegría.-dijo, mirándome a los ojos mientras tomaba mi mano y la acercaba a su boca para besarla con delicadeza.-Si quieres te ayudo a buscar tus cosas y puedes venir hoy mismo...


Café tibioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora