Mi cabeza explota...

1.4K 91 1
                                    


Sentí la cabeza a punto de explotar, un pica hielo me daba de lleno en los sesos, no quería ni intentar abrir los ojos. Definitivamente no tendría que haber probado los tragos de la noche anterior y ya había olvidado cuántos había tomado. De a poco, decidí que debía abrir los ojos, hoy era otro día de trabajo.

-Ay dios! Mi cabeza!!- dije, poniendo ambas manos en las cienes sin poder aguantar el dolor.

-Definitivamente tendría que haberte frenado a la mitad del vodka.-escuché a Carm mientras cerraba la cortina de su habitación y mi vista se acostumbraba. Se acercó a la cama con un vaso en la mano. –Toma.

-¿Mas vodka? No, gracias. Creo que lo voy a dejar por un largo rato.- dije y el solo pensamiento me revolvió el estomago.

-No, linda. Es agua.-dijo, y me acordé de lo sedienta que estaba. Alargué un brazo fuera de la cama para tomar el vaso y terminarlo en unos segundos. Carm se recostó a mi lado en la cama.

-Mmm... creo que olvidé algunas varias partes de ayer en la noche.-dije, pensando en lo más importante.- ¿Nosotras...?

-No, cupcake. No hicimos nada.-dijo, pasando sus dedos por mi pelo mientras me aferraba a su cintura intentando que el suelo dejara de moverse debajo de mí.- Solo quiero que tengas en cuenta mi gran fuerza de voluntad para frenarte y esperar a que sea en un momento que recordaras.

-oh, yo... ¿insistí mucho?- pregunté con curiosidad y vergüenza a la vez.

-Un poco... no fue fácil decir que no a alguien tan hermosa.-dijo, sonriendo.

-Bueno... gracias Carm, por ser tan paciente. – dije, bajando la cabeza.

-No hay de que, linda. De verdad, esto me parece más importante que un simple impulso.-dijo. Tomando una de mis manos y llevando hasta su boca para plantar un suave beso. Me pareció tan dulce que quise levantarme para besar su mejilla pero al levantar la cabeza rápidamente, todo el mareo vino de golpe y solo llegué a recostarme de nuevo en su cuello a la altura de su clavícula.

-Quería llegar más alto pero siento que alguien me batió la cabeza.-dije, besando su cuello con suavidad.

-No hay problema, en el cuello también me gustan.-dijo, y sonreí sobre su piel.

-Creo que será hora de que me levante.-dije, con pena.

-Sí, pero muy despacio o te vas a marear peor. Vamos, te ayudo.-dijo, me sostuve sobre mis brazos y sentí mientras me alzaba con un bebe de la cama. En unos pocos movimientos, estaba fuera del colchón pero con el rostro relajado sobre su hombro, con los pies en el aire.- Te voy a dejar en el suelo ¿sí?

-No, ¿me puedo quedar así todo el día?

-Perezosa y con resaca.-dijo, sonriendo mientras se agachaba un poco para que mis pies sintieran el suelo y sentí todo el peso de mi cuerpo en mis pies.- Despacio, linda.

-Si Carm, gracias.-dije, poniendo mis manos en sus hombros y levantando la cabeza, todavía un poco mareada.- Te juro que no voy a tomar de nuevo.

-Yo se que, aunque lo jures, algún día lo vas a hacer de nuevo.-dijo, riendo un poco.

-Entonces espero que estés ahí para sostenerme.

-Yo también espero eso.-dijo, cerró la distancia entre nosotras y dejó un casto beso en mis labios.

Después de una ducha, un desayuno liviano y un par de antiácidos, estaba de nuevo en el trabajo. Para mi suerte, el día había sido tranquilo y Carm me pasaría a buscar a la salida.

-Esa cara...-dijo Kirsh del otro lado de la cocina mientras me alcanza un plato para una de las mesas.

-Digamos que no fue mi mejor noche.-dije, aunque no me acordaba de mucho.

-¿Qué hiciste, Hollis?

-Laf vino a cenar, tuvieron mucho en común con Carm y me aburrí un poco... así que empecé a probar diferentes tragos y me desperté con un dolor de cabeza inaguantable.

-Pensé que ya eras grande para una resaca así...

-Yo también pero parece que nunca se deja de ser un poco joven.- dije y me dirigí a la mesa con su pedido.

En el medio de la tarde tenía un tiempo libre, así que decidí llamar a mi padre que estaba en sus vacaciones.

-Hola Papa ¿Cómo estás?-dije con alegría.

-Hola osito. Muy bien, comiendo una hamburguesa al lado de la pileta.

-No me digas asi, papa.- dije, sonriendo.

-Está bien, osito. ¿Cómo estuvo tu día? ¿Los arreglo en tu casa?

-Mi día va muy bien. Los arreglos también van bastante bien pero no estoy durmiendo en casa por no hay espacio para mí. Una amiga me dejó quedarme en su casa.- dije, esperando que no preguntara más del tema.

-¿Estas durmiendo en la casa de Laf?

-No pa, estoy durmiendo en la casa de una amiga que no conoces, Laf está con Perry estos días y no quería molestarla.

-Ah... y esta amiga tuya ¿Cómo se llama?- "ya empezó el interrogario" pensé para mí misma.

-Se llama Carmilla, papá.

-Bien y... ¿es una amiga o algo un poco más?

-¡PAPÁ!

-Bueno bueno, perdón. Sabes que siempre me preocupo.

-Sí, ya sé. No hay de qué preocuparse, yo confío en Carm.

-Está bien pero... con cuidado ¿si?

-Si papá. Bueno, voy a dejar que sigas disfrutando de tus vacaciones, tengo que volver a trabajar.

-Está bien, osito. Llama cuando quieras, en unos días nos vemos.

-Buena pa. Te quiero.

-Yo también, amor.-terminó de decir y cortó la línea.

Lo bueno era que no había hecho tantas preguntas por Carmilla. La vez que le había contando de Danny, había estado media hora haciendo preguntas acerca de quién era, como era, como nos conocimos... no tenía ganas de hablar tanto.

Faltaban unos minutos para que terminara el día cuando me llegó un mensaje de Carm al celular.

"Linda, el día se complicó bastante, no voy a poder pasar a buscarte. Te veo en casa. Beso."

"No hay problema, nos vemos más tarde" respondí y le pedí a Kirsh si podía acompañarme esas cuadras hasta la casa.

-Sí, no hay problema. Creo que ya podemos irnos.-dijo, y salimos de la cafetería al frío de la noche.- y... ¿Cómo va todo con Carmilla?

-Bien, es muy atenta y dulce. Siempre está para lo que necesito y...

-Bueno, enamorada. Está bien, las cosas van bien.-dijo, mientras reíamos. Caminamos las cuadras hasta casa, mientras charlábamos de la cafetería y me contaba de su vida.

Al llegar, las luces estaban prendidas en la casa y se podía ver la silueta de Carm, parecía estar preparando algo.- Bueno, llegamos. Te veo mañana, Lau.

-Sí. Gracias Kirsh!-dije, saludando con una mano mientras lo veía alejarse.

Caminé hasta la puerta y golpeé dos veces. Unos segundos más tarde, Carm abrió despacio.

-Hola. Pensé que hoy llegabas mas tarde.

Bueno, en realidad necesitaba tiempo para preparar esto.- dijo, dejándome pasar. Las luces de la sala estaban más bajas de lo normal, había unos pétalos en el piso y, la mesa, los platos de comida con unos copas de vino blanco.

-Dicen que la tercera es la vencida ¿no?-dijo, mientras por detrás tomaba mi cintura y se acercaba más a mí.

-Eso dicen.-dije, y giré para mirarla a los ojos, antes de acercarme mas, pasar mis brazos por su cuello para besarla en los labios.

Café tibioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora