№25

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A la mañana, el timbre de mi casa sonó y aquello me indicó que Jimin hoy iba a ir a clases. Corriendo fui a la puerta y como había dicho, él estaba ahí parado.

- ¿Ya estas mejor? - le pregunté emocionada y él asintió con la cabeza.

- Tus cuidados intensivos de ayer me han dado fuerza para hoy - me guiñó un ojo y me reí por lo bajo. En realidad solamente le preparé algo caliente y estuve junto a él en su cama. Mientras él mantenía sus ojos cerrados yo no pude evitar observarle con detenimiento y acariciar su pelo anaranjado.

- Aún no estoy preparada - informé aunque era obvio, llevaba el pijama puesto. - Pasa... - Él rodó los ojos con una sonrisa en su cara y entró quedándose en la entrada. Yo me encaminé al cuarto y rápidamente me quité la camiseta del pijama, con agilidad logré ponerme el sujetador en menos de tres segundos y cuando iba a ponerme la camisa del uniforme, la presencia de Jimin casi me provoca un paro cardíaco.

- Oh vaya... - murmuró él desde la puerta de mi habitación.

- ¡Jimin!- grité escandalizada y me tapé el pecho con la camiseta. Me giré y él estaba apoyado en mi puerta con sus ojos abiertos - ¿Podrías cerrar la puerta? - le pregunté exigente.

- Claro, hermosa... - dio un paso dentro y cerró la puerta detrás suya. Le miré con las cejas fruncidas y él me enseñó una sonrisa traviesa. - ¿Qué pasa? No me mires así...

- Quiero cambiarme. - le informé apoyando mi peso en una pierna. Él se mordió el labio inferior y las ganas de besarle aumentaron - No hagas eso.

- ¿El qué?- preguntó de forma pícara, acercándose a mi lentamente y me observó de arribabajo. Ese tipo de miradas eran un peligro para mí.

- Vamos a llegar tarde. - advertí cuando paró enfrente mía, ni siquiera podía andar hacía atrás porque mi cama me lo impedía. Bajó un poco el mentón y su mirada era profunda, tan cargada de sensualidad que me dejó hipnotizada. Oh Dios, ¿por qué me haces esto?

- No importa... - susurró. Su mano se posicionó en mi cadera y me tiró hacía su pecho. Me sentía tan cautivada que no podía emitir ninguna palabra o movimiento. Y al ver que yo ya no protesté, sus labios tocaron mi cuello y retiró mi cabello para poder tener más terreno para dejar sus besos. Mis piernas temblaron por su roce y mis manos pararon en sus musculosos brazos. La prenda que me ocultaba el pecho se quedó entre nuestros cuerpos. Sus besos subieron hasta que sus labios hicieron contacto con los míos. Su mano caliente tocó mi cuerpo desnudo y al roce, mi piel se erizó. Cómo podía llegar a hacerme perder la cabeza con tan solo sus besos... Cuando él mordió mi labio, se separó de mi dejándome con ganas de más...

Quiero más...

- Date prisa, no quiero que me castiguen por llegar tarde. - soltó de repente y antes de que mi prenda se cayera al suelo, lo cogió y me tapó con él. Lo miré con una ceja fruncida y le salió una sonrisa burlesca. Unos segundos después, entrecerré los ojos cuando comprendí cuál había sido su objetivo. Mi cuerpo estaba tan caliente por su culpa que jamás pensé que alguien podría molestarme por dejarme con las ganas de más.

- Sal de mi cuarto. - le pedí seria dándome la vuelta y él soltó una carcajada al ver mi reacción. - Te arrepentirás de lo que acabas de hacer - le advertí una vez que me puse la camiseta, ni siquiera me hizo caso cuando le dije que se marchara.

- ¡No, Ari! - gritó él aún riéndose, le miré con los ojos entrecerrados. - Adoro cómo reaccionas cuando te beso.

- Cállate - murmuré mientras me peinaba mirándome en el espejo y el calor subió a mis mejillas, de mientras él, detrás mía, seguía riéndose.

Perfect Man » Park JiminHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin