№4

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Sorprendentemente, al final acepté el consejo de mi amiga.

Voy a enamorar a Jimin.

Todo bien. Al menos tenía clara alguna de mis ideas, iba a luchar por él. El problema era... ¿Cómo cojones voy a conquistarle? No era para nada amorosa, ni seductora... Así que obté en preguntar a Nicole, pero resultó que ella tampoco tenía mucha idea y me mandó a que buscara consejos por Internet.

Fue la peor decisión que pude tomar.

Busqué textualmente ''Cómo enamorar a un chico'' y me salió una página entera de maravillosos consejos que me dejaron en vela toda la noche.

Seguro que así sí que podré enamorarlo.

Pensé esa noche.
Al día siguiente, me había puesto la alarma una hora antes de lo normal ya que uno de los consejos era: ''Comparte la comida con él, seguro que le encantará el detalle de que una chica haya cocinado para él.'' Dispuesta a cocinar, preparé dos meriendas. Mi madre que estaba despierta para irse al trabajo se sorprendió de verme tan pronto levantada.

- ¿Desde cuando cocinas?- me pregunta mientras se toma su café matutino en la mesa.

- Desde ahora.- A decir verdad, se me daba fatal cocinar, pero hoy era importante.

- Qué raro viniendo de ti, pero mejor. Así no tendrás que comprarte la merienda cada día... pero lo que no entiendo ¿Por qué estas preparando tanta cantidad?

- Porque quiero compartir con mis amigos.

- Ah... Si es por eso... - al final no le dio mucha importancia.

Una vez terminé, empaqueté la comida. Con una sonrisa satisfecha por mi trabajo me fui a preparar para el instituto. Me miré en el espejo y solté un suspiro. Uno de los consejos era... ''Para que tu chico caiga a tus pies debes mostrarte más linda de lo normal. Para eso podrías maquillarte y vestirte con algo que llame más su atención''. Saqué la caja de maquillaje que nunca utilizaba y empecé a echarme potingues en mi cara. Me puse base para borrar pequeñas imperfecciones, hice una linea más exagerada de lo normal en mis ojos y pinté mi párpado, las mejillas tenían un rubor más rosado y mis labios fueron pintados de un rosa pálido.

- Uh... parezco a las tontas pijas del colegio...- dije asqueada y mirándome con la ceja fruncida pero subí la cabeza segura. Pues uno de los consejos era ''tener seguridad en una misma''. Me remangué un poco más la falda para dejarla arriba de las rodillas.

Qué cojones estoy haciendo...

''Mantén una sonrisa en tu cara, a los chicos les encanta vernos sonreír.''

Mantuve una sonrisa, muy forzada. Recordé otro consejo ''Tienes que ser puntual''. Cuando toqué el timbre del piso de Jimin. Hoy se sorprendería.

- ¿Sí...? - Jimin abrió la puerta y de inmediato vi su reacción. Sus ojos se abrieron como platos.

Oh sí. Quería ver esa expresión...

- Buenos días.- digo con una dulce voz y sonrió nuevamente. - ¿Ya estas listo...?

Jamás en mi vida lo había tratado así.

Jimin abría la boca pero no le salían las palabras. Éxito, le había impresionado.

- Eh... esto...- comenzó a decir. Dejó un silencio por un momento. - ¿Qué coño te pasa, Arianne?- se acerca a mi y pone su mano en mi frente para comprobar si tenía fiebre.

- ¿Qué haces?- le quité la mano con un golpe después me acordé que tenía que actuar delicada y nada de dar golpes ni elevar la voz. - Estoy bien.

Perfect Man » Park JiminWhere stories live. Discover now