Capítulo 19 ☺

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Capítulo 19 ☺

Nick me condujo en brazos hasta el enorme jardín frontal de la casa de Logan Marx. En el trayecto, el reflejo de vomitarlo todo se me había pasado y se lo grité unas cuantas veces a Nick, pero él no me bajó.

—¿Con quién viniste?— gruñó.

—Con Alice— hice bailar mis cejas al compás de la música—. ¡TU HERMANA ES UNA ABUELA! Se quedó dormida antes de las diez— eché la cabeza hacia atrás y volví a reír.

Nick entrecerró los ojos, un poco preocupado pero también divertido. Ignorándome, se volvió hacia una chica que pasaba por ahí.

—Perdona, ¿nos podrías tomar una foto?— le preguntó él.

La chica, no sin antes fulminarme con la mirada por estar en los brazos de Nick, aceptó. Tomó el celular de éste y nos apuntó con el flash.

—Odio las fotos— comenté, a pesar de que saqué la lengua, posando.

La chica sonriendo coquetamente, le regresó el teléfono a Nick y se largó. Entonces capté una cosa: yo odiaba las alturas y odiaba que me cargaran. Comencé a patalear como niña de tres años para que Nick me bajara, aunque no podía detener mi risa, eso era seguro.

—¡AY! Mi brazo— se quejó Nick— ¡Para de hacer eso! No… no… ¡Ay, joder, Marine! Compórtate.

Sonreí, conteniendo mis inmensas ganas de reír.

¿Por qué Nick actuaba tan mandón? ¿No se la pasaba siempre haciendo mi vida de cuadritos? ¿Por qué no podía relajarse, reírse de mis chistes malos y darme más tequila?

Estúpido Nick.

Seguí pataleando y agitando mis manos como una loca para que accediera a bajarme.

—¡Mierda, Marine! ¡No… no!— sin poder evitarlo, Nick perdió el equilibrio cuando intentó esquivar un manotazo y ambos caímos hacia atrás.

Sin saber cómo, terminé gritando «¡YUPI!» mientras rodaba detrás de los arbustos, arañándome las piernas y los brazos.

—¡Qué divertido!— exclamé cuando me detuve.

Estaba sobre la tierra, con Nick tirado junto a mí. El estómago me dolió de tanto reír cuando me di cuenta de que el pobre imbécil había aterrizado de cara al estilo Superman.

Él se levantó del suelo, mientras me fulminaba con la mirada por estarme partiendo de risa.

—¿Ves lo que has logrado? Ahora estamos cubiertos de tierra y todo por tu estupidez de dejar que el chico con mayor fama de adulterar bebidas, te prepare una— rezongó, sacudiéndose la tierra de la ropa.

 Dios, desde acá abajo se veía tan…

¿Guapo? No, esa palabra le quedaba corta.

—¿Puedes por favor levantarte?— continuó.

No respondí.

Me quedé viéndolo, embobada.

Recordé la cita, cuando habíamos terminado saltando en un inflable para niños y cuando me aplastó en las carreras de Mario Kart. Sobre todo cuando casi me besaba en mi dormitorio hacía unas semanas.

Como pude, me intenté incorporar, aunque la aguja de un tacón se atoró en la tierra y me tambaleé hacia la derecha, directo a los rosales una vez más. Nick me tomó de la cintura. Si no lo hubiera hecho, seguro me hubiera dado con las espinas en todo lo que se llamaba cara.

Let it GoWhere stories live. Discover now