- ¿Bromeas? – ya no esperó y se puso a su nivel de rodillas. – ¿Tú, qué crees?

- No lo sé, Camz, respóndeme, no me dejes así. – rio nerviosamente.

Camila no dijo nada más, presionó los labios contra los de Lauren y se separó para verla a los ojos un momento. Sonrió y tomó la muñeca de una expectante ojiverde entre sus manos y comenzó a colocar la mitad del corazón como respuesta.

Fue apenas ponerlo para sentir los brazos cálidos de la ojiverde alrededor de ella.

- ¿Eso es un sí? – susurró contra su cuello.

- Por supuesto que no, Lauren. Te estoy friendzoneando. – Lauren se separó inmediatamente para verla con el ceño fruncido.

- ¿Qué? – soltó asustada.

- Lauren, es obvio que he dicho que sí. – tomó su cara entre las manos. – No seas bobita, Lolo. – comenzó a besar su cara: sus ojos, su nariz, su frente, sus mejillas, sus labios. – Dudo que alguien se resista a ti. – dijo antes de comenzar a besar sus labios con más profundidad. – Yo también te adoro. – Lauren sonrió a mitad del beso.

- Eres malvada, Camz. Me has dado un gran susto. – la volvió a abrazar. Se separó un momento. – ¡¡HA DICHO QUE SÍ!! – gritó y su grupo de amigas se acercó gritando y aplaudiendo. Todo había sido un éxito.

El resto de la tarde se la pasaron hablando. Las amigas de Camila y las de Lauren se llevaban bastante bien, lo que ayudaba a hacer todo más divertido. Entre Alexa y Marielle las bromas iban y venían, el sarcasmo nato de ambas tenía entretenidas a Lucy, Vero y Sandra.

La nueva pareja se reía junto a ellas, pero no desaprovechaban el momento para lanzarse miradas y sonrisas. Lauren no podía creer que todo lo sucedido haya sido así de rápido. Camila pensaba la situación y agradeció con toda su fuerza haber escuchado a Lauren aquella vez y no haber audicionado; agradeció haber investigado quién era hasta dar con ella.

Camila siguió caminando a lado de Lauren y sentía el dorso de su mano rozar con el de Lauren y dudaba entre tomarla o no.

Casi como si le hubiese leído la mente, Lauren la tomó y entrelazó sus dedos. Ahora estaba todo completo.

Se habían encontrado, estaban juntas y nada más importaba. Se sentía como si no existiera fuerza alguna que pudiese separarlas. Pero sí que la existía.

No era que ellas así lo quisieran, no era que estuviera bajo su control. Nadie pudo avisarles que esa noche Lauren se iría, era imposible que lo supieran, pero fue sólo despedirse de Camila para que tuviera que despedirse de todas las cosas que conocía hasta el momento.

Lauren sonreía para sí misma mientras caminaba a casa. El viento golpeaba enfriando sus extremidades así que metió las manos a sus bolsillos, dándose cuenta que había algo dentro. Ella había estado guardando una carta que debía entregar a la morena en el momento en que se le declaró, pero por las emociones lo había olvidado. Se detuvo y suspiró, estaba a medio camino, debatió sobre regresar o no, concluyendo que algunos minutos extra que tardara en llegar a su casa no haría que sus padres la mataran, así que regresó a donde Camila.

Después de algunos minutos, dobló en una esquina y podía ver su destino cerca. Iba pateando una piedra y en un mal movimiento la lanzó lejos hacia el otro lado de la calle. Por supuesto que Lauren no fue por ella, eso hubiese sido algo infantil, pero fue sólo dirigir su mirada hacia dónde la mandó para que todo sucediera más rápido de lo que cualquiera pudo imaginar.

De pronto todo se tornó oscuro, escuchó un fuerte crujido y un golpe. El dolor fue insoportable y no supo más de sí misma.

Alguien debía avisarle que no debía regresar a casa de su novia o, por otro lado, alguien debía decirle que ir por la piedra no era una idea tan descabellada.

¿Y si te encuentro? - CAMRENजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें