¿Y si te encuentro? - CAMREN

Capítulo #28

Motivos para adelantar capítulo (FAVOR de leer):

¿Adivinen qué? *les da tiempo para pensar...* 1... 2... 3... ok, les diré.

Inicié el año con una noticia grandiosa y es que... he conseguido trabajo como practicante.

Quizás no les interese mucho la nota que les estoy dejando, pero para quien se tome el tiempo de leerlo... yo, Ana, su escritora, estudio ingeniería en mecatrónica y para mi último semestre (casi se acaba mi tormento) es necesario que cumpla éste requisito.

Mi trabajo será de lunes a viernes, más a parte llevaré 1 clase extra junto a 2 laboratorios que tengo en la universidad. Una vez acabado ésto, en los próximos 6 meses, soy libre pues habré cubierto todas las asignaturas y requisitos necesarios para certificarme.

Era importante que leyeran ésto para entender que subiré capítulo cada domingo en lugar de cada martes como tenía planeado y así sepan cuándo esperarlo.

Estoy muy, pero muy, contenta con lo que viene para mí y mi carrera. 

Si te preguntas qué hace una ingeniero escribiendo... yo también lo hago :v

Pero bueno, en otras noticias... CASI LLEGAMOS A LAS 3k LECTURAS D:! estoy tan AGRADECIDA con ustedes, con sus comentarios, con su espera. Realmente no especulaba ésto; realmente el apoyo que, para mí, es bastante, juro no pensaba tenerlo, por lo que espero no decepcionarlos.

Basta de nota. ¡Aquí el capítulo de hoy!

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El corazón de Camila se estrujó fuertemente al ver a Lauren parada entre dos árboles que sostenían los extremos de un nuevo cartel.

Las lágrimas empaparon sus ojos cuando se encontró con la mirada de la ojiverde, que inmediatamente le sonrió suavemente. Había algo en su mirada, algo tierno, algo dulce, algo nervioso, un poco temeroso y lleno de felicidad.

"¿Quieres ser mi novia?" se leía en letras grandes.

- Me encontré esto. – dijo con la voz ronca por el nudo en la garganta, levantando la mitad del corazón que no tenía puesta. – Quizás necesite dueño. – se encogió de hombros.

- ¿De verdad? – dijo acariciando la fría plata. – ¿Quién crees que podría ser su dueño? – soltó un suspiro.

- No lo sé... - comenzó a mirar alrededor del parque. – Quizás él. – señaló a un anciano que pasaba caminando.

- Parece buen candidato. – volteó a verlo. – Pero un poco maduro, ¿no crees?

- ¿Algún mejor candidato que postular?

- Candidato o... candidata podría ser. – terminado de decir eso, Camila se abalanzó y la abrazó.

- Lo que has hecho ha sido hermoso, Lauren. – dijo en su oído y besó ahí.

- Mereces más que eso. – la sujetó más fuerte. Luego inmediatamente se separó, Camila se quejó ante la falta de calor sorpresiva.

Sus ojos se abrieron ante la vista de Lauren arrodillándose ante ella, con una sonrisa brillante, con una mirada encendida, con las manos temblorosas sujetando las suyas.

- No quería hacer algo típico, pero creo no podía dejar pasar esto tan tradicional. – miró las manos unidas frente a ella y besó las de Camila. – No sé cómo, pero desde que te vi la primera vez sabía que quería esto, Camz. No sé por qué, pero fue apenas verte sin disfraz en una fiesta de disfraces para querer acercarme y hablarte. Casi como si fueses un gran imán, una luz resplandeciente imposible de ignorar. Y cuando te vi sonreír me atrapaste, quería más. Eres la chica más adorable en el universo, graciosa, ingeniosa, espontánea, talentosa y quiero que elijas estar conmigo. Quiero que compartas esto conmigo y quiero estar contigo el tiempo que me lo permitas, porque creo que puedo decirlo libremente: te adoro. – a éste punto las lágrimas rodaban sin contenciones en una silenciosa Camila que sólo deseaba agacharse y abrazar a Lauren, pero esperó un poco más. Quería oírlo de la voz de la ojiverde y no olvidarlo nunca. – Camz, te quiero, ¿tú me quieres?, ¿quieres ser mi novia? – dijo casi sin voz, luchando contra el nudo en la garganta y los nervios.