Corte la llamada y la tome entre mis brazos, desgraciadamente sus ojos estaban cerrados, nuevamente no podía verlos llenos de brillo. Me trague el nudo como pude y con el mareo todavía pero más leve, abrí la puerta de la habitación.
¿Mi casa? Fue lo primero que llegó a mi mente, yo reconocía esa fea pintura. No me había dado cuenta de dónde estaba. Esa era la habitación de Josemy, él odiaba los cuadros, pero la pintura al salir de la habitación y estar en el pasillo la pinto él, dijo que era arte.

Estoy en mi casa, la clínica del abuelo queda como a 5 minutos en coche, 15 caminado. No voy a poder conducir, vi a Ana, su rostro estaba pálido, sangre seca cubría su ropa y un ligero hilito de la misma baja por su nariz, estaba en mi casa, alguien debía estar aquí.

Al lado está mi habitación. No podré hacerlo solo, no puedo. Camine a paso lento, no podía ir más rápido. Todavía con Ana en mis brazos forme mi mano en puño debajo de ella y comencé a tocar la puerta, esperaba que en cualquier momento alguien abriera. Nadie, no había nadie. ¿Ahora qué hago?

Seguí ahí, esperando, la puerta se abrió y por ella salió Denisse. Nunca estuve más feliz de ver esa cabellera rubia. Escuché que dijo algo, pero no le preste atención. Mis brazos ya estaban cansados y con cada segundo me sentía más y más débil.
Camine esperando que ella me siguiera, al escuchar sus pasos detrás de los míos tome fuerza y llegue hasta el coche. Solamente le dije lo que necesitaba, no podía perder tiempo.

El camino fue el más lento que he sentido en mi vida, cada segundo me sentía peor y mi vista se iba haciendo borrosa de a poco. Al llegar no pude ni abrí la boca, tenía un nudo en la garganta y la respiración me faltaba. De un momento a otro capte la mirada del abuelo, en ese momento salió con ella y mi mundo se vino abajo y yo con él.

Narra Denisse. (Minutos antes)

Mi cabeza dolía, fue lo único que pensé al despertar. La luz del sol pegaba directo en mi rostro, me sentía extremadamente cansada, parecía que hubiera envejecido en unos minutos, quería volver a dormir.

Di media vuelta sobre la cama, al repasar un poco la habitación me di cuenta que era la de Manu, solamente el ver todo blanco, los diferentes instrumentos y el piano en una esquina, me dio confianza para poder dormir nuevamente. Pero el sentir una mano sobre mi cintura fue lo que me aterro, más porque la sentía directo contra mi piel, no quise ver de quién era el rostro, no pude ni voltear. Levante las sabanas, en mi mente rezaba por no estar desnuda.

Respire, pero inmediatamente me alarmé, mi ropa interior seguía ahí, pero la mano que sujetaba mi cintura tenía un barniz en sus uñas, los dedos eran largos y esbeltos, una chica, no puede ser.
En mi mente volví a repasar todo lo que hice, tomé, comencé a beber en mayores cantidades, los colores eran tan fosforescentes que mi vista se comenzó a marear, las copas fueron aumentando y el ritmo de la música también.

¿Qué hice? No recuerdo nada, solo el hecho de llegar a la fiesta, de ahí en más existe un gran espacio de tiempo sin recuerdos, maldita sea... No. ¡Con un chica! Todavía no me atrevo ni a decirle a mis padres que soy bisexual y ya salí a vivir mi primer aventura sin medir si era chico o chica, ¡ni la conozco seguramente! Mi primera experiencia sexual, que no sea así, y no recuerdo qué pasó. Cabe la posibilidad de que no haya pasado nada, necesito comenzar a rezar ahora.

Me incorporé en la cama, fue difícil, la chica me tenía sujeta como una almohada, seguía sin abrir los ojos, ahora mis manos cubrían mi rostro, quería llorar, por ser tan estupida. Recordé la razón por la cual lo había hecho, ahora sí quería llorar más, necesitaba llorar ayer, no embriagarme y acostarme con cualquier fulana.

Respira, todo está bien. No recuerdes el porqué te embriagaste, busca una solución para lo que hiciste, ¿cómo voy a darle la cara a los padres de Manu? Estoy jodida, para colmo me duele horrible la cabeza. Sentí mi estomago retorcerse y un líquido desde mi garganta, voy a vomitar.

¿Primos? (Manu Ríos)Where stories live. Discover now