Capitulo 8

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Narra Ana.

27 de marzo, me volví a acomodar entre las cobijas y seguí pensando que mañana sería el cumpleaños de Megan, cumpliría ya 17, es un año mayor que yo, y estaba muy feliz por ella, pensaba en prepararle alguna fiesta o algo parecido, pero no tengo ideas.

-¡ANA MANU VINO A VERTE! -escuche a mi madre gritar y gruñí.

-¡DILE QUE ESTOY OCUPADA! -conteste cansada y puse mis manos en mi cuello, donde estaba el collar.

-¡VA A TU HABITACIÓN, NO SEAS GROSERA MARÍA! -rodee los ojos molesta y tome el colgante entre mis manos, sonreí hasta que escuche la puerta abrirse.

-Hola Anita. -dijo Manu y después alguien se había acomodado a mi lado sobre la cama.

Me voltee a su lado para quitarme las cobijas del rostro y ver a mi querido primo al rostro, no me gusta la palabra "Primo" usada para él, no me agrada y al decirla la siento extraña saliendo de mis labios.

-¿Qué pasa Ríos? -pregunte desinteresada y viéndolo a los ojos.

-Que humor. -se formó una sonrisa en sus labios- Mañana es el cumpleaños de Megan primita.

-Ya se. -dije seca, me había molestado como me había llamado.

-Pues quiero que me ayudes en algo. -sonrío tan feliz que me hizo reír a mí igual, asentí feliz- Mañana quiero prepararle una sorpresa a Megan.

-Ya te la gane. -sonreí- Le prepararé una fiesta sorpresa.

-Pero quiero prepararle algo más, aparte no es tan sorpresa. -lo mire confundida- Ella ya sabe, no fue buena idea esconder las invitaciones en tu libreta, la cuál olvidaste en su casa. -uso un tono burlesco y lo vi molesta.

Aunque no lo quisiera admitir tenía razón, había olvidado en su casa la libreta. Me abofetee mentalmente y me regañe por ser tan descuidada, eso de ser disimulada no era para mí.

-¿Entonces me ayudas? -asentí medio forzada, el sonrío de oreja a oreja y me abrazo.

No me moví, me quede con mis brazos quietos y espere a que se separara, no quería abrazarlo, ¿Estaba idiota? Envolví mis brazos en su espalda y recargue mi cabeza sobre su hombro, apostaba a que el seguía con esa sonrisa.

Nos separamos al escuchar la puerta abrirse, volteamos a ver quién era y mamá nos veía feliz, me sentí incomoda y me separé un poco más, levante la mirada, para ver a mi madre muy feliz.

-¿Qué sucede? -pregunte después de tanto silencio.

-¿Eh? -frunció el ceño y comprendió- Alguien te busca abajo. -señaló hacia atrás y asentí confundida.

No era Megan, porque de haberlo sido la hubiera dejado pasar directamente, así que no sabía, no soy muy social, ¿Quién vendría a buscarme? Deje de dar vueltas en mi cabeza y mejor me pare de la cama.

Me coloqué los tenis que estaban en el tapete e intente arreglar un poco mi cabello, llevo más de 2 horas acostada de seguro mi cabello no estaba del todo bonito ahora.

-Te acompaño. -escuche a mis espaldas cuando comencé a caminar y levante el pulgar en su dirección, algo como "Si quieres" no era necesario que viniera.

Baje las escaleras con mucha flojera y camine hasta llegar a la puerta principal, donde abrí los ojos como platos y el color se fue de mi rostro, pensé que comenzaría a temblar, no esperaba a esta persona de visita.

-H-Hola. -dije nerviosa y me recargue en la puerta, queriéndome ver segura.

La chica frente a mi alejó su cabello pelirrojo del rostro y me vio de pies a cabeza, para quedarse quieta y después asentir con la cabeza, vio atrás de mi sonrío feliz, no entendía qué pasada y al parecer no quería hablar.

¿Primos? (Manu Ríos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora