Capítulo Cincuenta y Cinco. Es Un Gran Día Para Decir Adiós.

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¡Espero que les haya gustado el regalito navideño! Si no lo han leído, las invito a leerlo (especialmente si leyeron a Tom&Jo), es un oneshot que se llama "Para El Camino". 

*No se salten la nota al FINAL*

Ahora sí:

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Vi a Bill terminarse su café mientras yo intentaba comer y darle el biberón a Miles. Había visto a Rachel hacerlo antes, había hablado por teléfono con ella mientras le daba de comer, ¿por qué no podía hacerlo también?

- ¡Buenas noches! – Bill se alejó con alegría para salir de la cocina y regresar a la cama.

Apenas salió me volteé hacia Tom. Él estaba tomando de su taza de café y mordisqueando un panecillo a mis espaldas, se había quedado de pie con la espalda contra la alacena, mirando hacia la nada con una expresión cansada.

- ¿Me ayudas? – Pregunté con las cejas alzadas y las manos ocupadas con Miles.

Tom salió de su trance en un segundo y me sonrió antes de ir hacia la mesa y sentarse junto a mí, dejando su taza sobre la mesa y metiéndose comiéndose el último bocado que le quedaba de pan.

- Dime, ¿qué harás el día que tu hijo necesite comer? – Preguntó, arqueando una ceja sin poder evitar lucir alegre de decirme eso.

Entorné los ojos y volví a acomodar a Miles en mis brazos para ver si lograba alguna mejora.

- Eres un feo. – Le dije.

Tom se rio y sacó a Miles de mi brazo, él ya no tenía más que su taza de café, así que podía sostener perfectamente al bebé y darle el biberón mientras yo terminaba con mi desayuno.

- No aguantas nada... - Se quejó, mirando a Miles al alzarlo en el sus brazos antes de acomodárselo en el brazo, - se parece a tu hermana.

- ¿Crees que tiene nariz de botón? – Le pregunté con la boca llena.

- No, es tranquilo. – Comentó, - como que no da problemas. Aunque no creo que debamos seguir ofreciéndonos de niñeros ni con tu hermana, ni con Gus.

- Linda me agrada, - volví a abrir la boca con la comida en ella, - se merece pasarla bien si viene hasta América.

- ¡Nosotros merecemos coger cuando queramos! ¿No es la gran ventaja de no tener hijos? – Me preguntó.

Dejé mi taza sobre la mesa y aflojé los brazos bajó la mesa, mirando hacia el frente con enfado.

- No entiende una palabra. – Tom se defendió al darse cuenta de mi reacción. – Y sabes que tengo razón, mientras Bill está tan cansado que apenas sale de la cama yo quiero estar contigo y no puedo, ¿por qué?

Volví a prestarle atención a mi desayuno sin decirle nada, él solo entendería. Escuché a Miles tomar de su leche y busqué en el pañuelo de tela para dárselo a Tom. Para él parecía muy fácil, con un solo brazo lo sostenía y arqueando la muñeca le detenía la botella. Cogió el pañuelo con su mano libre y se lo echó sobre el hombro.

- No me vas a decir que... - Su voz se apagó lentamente y puso su mano sobre mi pierna antes de que yo pudiera mirarlo. Tomé de mi taza de café y asentí al dejarla. – No...

Apenas giré el cuello para ver su reacción, él jaló del resorte de mi pijama y buscó mi ropa interior. Gruñó y frunció el ceño al captar un vistazo de mi ropa interior de scooby doo.

Kings Of Suburbia (Tom Kaulitz FF) *En Español*Where stories live. Discover now