Kings Of Suburbia (Tom Kaulitz FF) *En Español*

Capítulo Veintitrés. Déjame Ser Buena Para Ti.

Bien, la cosa es que me conocen muy bien y saben que las cosas hermosas (como éste capítulo) no duraran mucho... 

¡Disfrútenlo! 

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- ¡No! – Dije claramente.

- Sí... anda... - Tom se estiró y volvió a pegarse contra mi espalda.

No tenía idea de la hora que era, pero debía de ser tarde porque él quien me despertó al intentar apartar el cabello de mi cara.

- ¿Por qué haría eso? – Le pregunté al fin, y me vi la vuelta para apoyar mi cabeza en la almohada.

En ese momento estábamos hablando acerca de los posibles disfraces para nuestro viaje a San Francisco. Tom había tenido la brillante idea de que deberíamos pedirle a Sarah que nos aconsejara, pero yo honestamente no planeaba hacer cosplay.

- Pues... no lo sé, solo es una idea. – Tom apoyó la cabeza en la misma almohada y al ver que me sonrió cerré los ojos.

Con su mano en la cintura volví a empezar a dormirme, había dormido de maravilla, pero quería dormir más aún; a Tom no le molestaba, me acariciaba con pereza y hacía que me pesara todavía más el cuerpo.

- ¿Estás cansada? – Preguntó suavemente.

- No. – Pronuncié apenas.

Se rio y sentí el camino que trazaban sus dedos de mi cintura hacia arriba por mi brazo, rozando mi hombro con las yemas de sus dedos y terminando por echar hacia atrás el cabello que se rebelaba y caía sobre mi frente.

- Pero... digo... - El susurró de Tom, aunque bajito, seguía sonando avergonzado. – Yo... no te sientes mal, ¿verdad?

Abrí los ojos y lo vi observándome atentamente. Le sonreí con pereza y me acerqué a él, besándolo tan suavemente que nuestros labios por poco no se tocan. Tom me abrazó, llevando su brazo alrededor de mi cintura, pegando su palma a mi espalda al poner mayor presión de sus labios sobre los míos. Enredé las piernas con las suyas y me aparté para asegurarle que todo estaba bien.

- ¿Segura? – Tom se notaba confundido.

Me reí de él, yo era la que había tenido su primera vez, pero era él quien mostraba mayor preocupación. Entonces me alegré de la decisión de la noche anterior, a Tom le importaba.

- No te voy a mentir, estoy un poco dolorida, pero no es nada que no pueda soportar. – Le conté y al verlo asentir, la sonrisa en mi rostro se amplió; cogí su barbilla entre mis manos y le di un beso cortísimo en los labios, - ayer fuiste de lo mejor, creo que pudieras haber hecho nada mejor.

Tom sonrió y sus ojos lucieron como si se cerraran al alcanzar aquella sonrisa esos ojos cafés con los que tan frecuentemente me observaba y cuestionaba sin pronunciar palabra.

- Es que te quiero. – Dijo, - no podía meter la pata.

Me reí, recordando lo que me había dicho Bill, "él es más sentimental de lo que tú crees". A ratos... era un cursi de lo peor, pero ¿cómo negarlo si ya estaba metida con él en la cama, abrazándolo y besándolo? A mí también me gustaba, más de lo que pude admitir.

- Aw, eres un cursi. – Arrugué la nariz, - puede que te corresponda...poquito. – agregué y Tom sonrió.

- ¿Sabes que tenemos que salir de la cama? – Me recordó.

Gruñí, cerrando los ojos y echando la cabeza hacia atrás. Tom se rio de mí, besando mi cuello a su alcance en ese momento.

- No quiero. – Admití, sintiendo sus labios sobre mí.