Kings Of Suburbia (Tom Kaulitz FF) *En Español*

Capítulo Veintidós. Un Poco Menos de Conversación.

Perdón por subirlo tarde, no me juzguen, no sé de lo que hablo en éste capítulo C: 

¡Disfrútenlo!(?)

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Me reí con Bill, la galería estaba repleta de gente pero nosotros estábamos en un área alejada de los fans. Bill me estaba contando sobre una vez que Tom decidió bailar en el escenario y casi se cae. La expresión de Tom, poniendo los ojos en blanco y echando la cabeza hacia un lado, me hizo reír al fin.

Vimos algunas fotografías de otras exhibiciones mientras Bill trataba con la prensa; Tom saludó a todo aquel que se le acercara y por supuesto que concedió fotografías, pero después de unos minutos nos quedó claro que era una distracción.

- ¿Crees que deba ir atrás? – Me dijo, señalando a un pasillo a nuestras espaldas.

- No, - negué con la cabeza, sin quitar la mirada de la fotografía. – Se distraerían más buscándote; así al menos te encuentran de casualidad.

Acabamos de mirar por la galería y seguí a Tom para tomarse unas fotos con Bill y los fotógrafos. Me aparté para que se tomaran la fotografía alrededor de una mesita de vidrio, pero Tom no soltó mi mano, me pegó a su costado y puso el brazo alrededor de mi cintura.

- Por si te pierdes. – Explicó con una sonrisa de lado, - ya ves que hay mucha gente.

- Sería horrible que me perdiera, ¿no? – Le dije pasando el brazo alrededor de su cintura más ancha que la mía.

Tom asintió y me guiñó el ojo antes de volverse hacia su hermano, y después hacia la cámara. Sonreí y esperé a que terminaran de sacarnos fotos.

Cuando volvimos al hotel, escuchábamos música en francés por la radio, Bill estaba subido en una nube después del magnífico día que había tenido, mientras tanto; Tom y yo íbamos en la parte de atrás buscando algo que comprarle a la beba de Gustav por internet.

- ¡Vuelve arriba! – Tom tocó la pantalla de mi móvil y lo hizo el mismo. – Eso. Eso le daremos.

Vi los pantaloncitos, eran ridículamente tiernos, especialmente si uno se recordaba que Tom los había escogido: unos pantaloncitos de bebé con un estampado de guitarras en color rosa. Puse la cabeza en su hombro y sonreí al ponerlo en el carrito con un toque de mi dedo. Tom alzó el brazo y lo puso encima de mis hombros, dejando que su mano descansara despreocupadamente en mi hombro más lejano a su cuerpo.

- Yo le daré una gorrita. – Señalé, - tu sobrina honoraria vestirá con estilo. – Señalé al buscar entre las gorras una de un color parecido al de los pantalones que Tom había elegido.

- En teoría, también es tu sobrina honoraria. – Señaló él.

Alcé la cabeza y lo vi mirar hacia afuera por la ventana. Delante de nosotros iban Mike y Bill, apenas había pasado menos de una semana y yo sentía que había estado de viaje con ellos por poco menos de un mes. Cuando menos, con Tom, sentía que era el caso.

- En ese caso, también unos zapatitos... - busqué por más en la página, pero Tom riendo me sacó el móvil de las manos.

- No, no... tú no conoces la diferencia entre "mimar" y "malcriar". – Me dijo y presionó un par de opciones en mi teléfono antes de volver a ponerlo en mis manos. – Serás una madre débil.

Me reí con ganas y cerré los ojos.

- Pronunciaste mal "tía". – Lo corregí.

Llegamos al hotel y al ser la última en bajar de la camioneta, tuve la ayuda de Tom. Me acomodé la bufanda de seda en el cuello y cogí la mano de Tom para no tropezar con los tacones. No era tan tarde, o al menos había dormido bastante y muy bien, así que no sentía que el sueño me pegara con fuerza.