Kings Of Suburbia (Tom Kaulitz FF) *En Español*

Capitulo Uno. A Donde Tu Vas.

¡Vayamos en una aventura!

Y ya que una pajarita *@Silbermond_* me ha pedido que suba mis historias en español, pues aquí va! (Pero denme tiempo con la serie de Bill, por favor!)

Nota: Como siempre...puede haber errores :B

* Edit: cuando terminen no olviden pasar por "Dream Machine", la continuación de esta historia.
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Salí de mi oficina, era mi hora favorita: hora del almuerzo.

Una de las pocas cosas que odiaba acerca de trabajar en el gimnasio era la falta de privacidad, algunas veces uno podría darse la vuelta y encontrarse con alguien un poco dedicado a mantenerse en forma comiendo una lata de atún y contando el número exacto de galletas que tenía permitido ingerir. No era que las duchas me gustaran en lo particular tampoco, algunas mujeres no parecían molestas en absoluto, pero yo no era fan de las robacunas paseándose desnudas mientras esperaban su turno en las regaderas en el fondo de los vestidores.

Sí, mi hora del almuerzo estaba aquí y no podía esperar para salir y arriesgarme a comerme una desagradablemente grasosa hamburguesa con queso y los monstruos calóricos: papas. Todo acompañado de una coca de dieta.

Acomodé la cinta de mi bolsa en mi hombro y me di la vuelta para cerrar la puerta de mi oficina. Trabajaba como la kinesióloga en el gimnasio, en ocasiones también como instructora de pilates. Era un buen empleo y pagaba bastante bien para ser en un gimnasio en LA.

- Disculpa, ¿Eres Zoey? - Me di la vuelta, maldiciendo en mi mente.

- Sí...

Casi quería decirle "¡no, ella salió a correr! Vuelve en una hora", pero no lo hice.

Tuve que darme la vuelta completamente para ver a un chico muy alto, nada fuera de lo común; vestía una camiseta sin mangas que le quedaba grande y unos pantaloncillos cortos de color negro. Tenía una de esas barbas que alguien alguna vez había imaginado que se veían bien en el invierno, ahora solo hacían que los chicos parecieran necesitar una comida y unos cubos de hielo; y - adivinaron - también tenía el cabello recogido en un man bun.

Suspiré, no era el primero, ni sería el último chico que veía en el gimnasio con ese mismo estilo, aunque había algo acerca de éste tipo que de verdad lo hacía verse distinto a los otros que había visto por ahí, algo acerca de la manera en que jugaba con el arito en su labio me hizo pensar que lo conocía de alguna parte.

- ¿Eres nuevo aquí? - pregunté y él asintió.

Juzgando por el sudor en su frente y las manchas rojas en sus mejillas, había estado ejercitándose, ¿por qué habría ido a verme?

- Tú eres la fisio, ¿verdad? - Se preguntó con las palmas de las manos hacia arriba.

Bajé la mirada y asentí.

- ¿Qué puedo hacer por ti? - Le pregunté.

Jugué con las llaves en mis manos, tenía la esperanza de que solo quisiera conocer al staff antes de continuar haciendo lo que sea que estaba haciendo ese día.

- Bueno, estaba haciendo desplantes y, - me volví a dar la vuelta y abrí mi oficina otra vez mientras me explicaba, - sentí una especie de, uh... - me di la vuelta y lo vi señalando a su muslo izquierdo, - dolor... - admitió en voz baja. - Me dijeron que viniera a verte.