XXXVII: The end of all things.

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Habría dado cualquier cosa por poder detener el tiempo, pero su paso continuó tan implacable como siempre y julio llegó antes de lo que le habría gustado. No fue consciente de ello hasta que sus padres insistieron en que comenzase a enviar sus cosas y comprase el billete de vuelta antes de que fuesen demasiado caros. Su estancia en Brighton llegaba a su fin y Ethan y él decidieron aprovechar cada segundo juntos antes de que la despedida fuera irremediable.

Fueron días ajetreados. Ethan tenía que ir a clase y había continuado asistiendo a las consultas con la doctora Janis una vez por semana. También había tenido, aunque con menos frecuencia, revisiones en el hospital para mantener bien vigilados los avances tras la operación. Él continuaba con sus prácticas y había tenido que invertir parte de su tiempo en terminar la memoria que debía entregar a su tutor una vez llegase a Roma. Sí, parecía que conforme se acercaba su marcha disminuía el tiempo que podían dedicar al otro, como si el universo quisiera ayudarles, prepararles para lo que sería un largo tiempo separados.

La primera vez que pudieron reservar un día completo para ellos decidieron comenzar por reciclar planes que ya habían hecho. El museo fue la visita elegida para inaugurar lo que decidieron llamar "planes desde otro punto de vista". Hacía un par de meses que habían quitado la colección para invidentes del museo, así que aprovecharon para ver la colección fija que Vitto no había llegado a visitar los meses antes y que Ethan se aseguró de explicarle con minuciosidad.

Le sorprendió la cantidad de salas y colecciones que encontraron. El museo de Brighton no sólo contaba con una enorme galería de arte, también había salas anexas con objetos de distintas épocas, desde la antigua civilización egipcia hasta la muy reciente cultura LGBTQ de la ciudad. Sus favoritas fueron, sin embargo, las secciones dedicadas a la moda. Si Giancarlo había llegado a ver aquellas estancias durante su visita al museo, había obviado el comentarlas. Vitto disfrutó cada objeto expuesto en una colección que recogía muestras de moda contemporánea de distintos puntos del planeta y que consiguió que Ethan riera ante la cantidad de preguntas con las que le asaltó. No pudo evitarlo. No sólo era su curiosidad lo que le animaba a hacer aquellas preguntas, también la sonrisa en los labios y el brillo en los ojos de Ethan con cada nueva explicación sobre alguno de los componentes de la exposición.

Cuando terminaron de ver hasta el último rincón del museo, continuaron su salida almorzando y visitando el Royal Pavilion. Ethan le deleitó con una nueva explicación del edificio en la que añadió algunos datos que había obviado u olvidado la primera vez que lo visitasen. También pudieron visitar el interior y cuando salieron decidieron caminar por el paseo marítimo, disfrutando de la brisa marina y el atardecer en la costa. Para finalizar la noche y tras tomar una buena cena, Ethan había pedido permiso para dormir en casa del italiano y pudieron ver Moulin Rouge antes de compartir cama una vez más.

No tardaron mucho en reservar un día para visitar el Pier. A diferencia de la primera vez, decidieron ir solos. De todas formas, Christian y Matt estaban ocupados con exámenes y trabajos y manteniendo su propia relación en equilibrio después de aquella discusión de Matt con sus padres, por lo que tampoco disponían de mucho tiempo para perderlo en citas dobles.

Esa vez no hubo ningún incidente que enturbiase la tarde. Aunque Ethan, horas más tarde, le confesó que se había sentido mal al cruzar el casino, una vez dentro el día fue sobre ruedas, consiguieron montar en todas las atracciones y Vitto estaba convencido de que compraron en absolutamente todos los puestos de comida del Pier.

No pasaban juntos todo el tiempo que habrían querido, quizás las circunstancias que se acumulaban durante esas últimas semanas les obligaban a compartir incluso menos tiempo del que tenían meses atrás, pero aquello no resultaba un impedimento para que la costumbre a la presencia del otro creciese entre ellos. Aunque sí ayudó a que la inminente llegada de la despedida resultase más dolorosa de lo que había imaginado en un principio.

The light behind his eyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora