XXIX: Say something (I'm giving up on you)

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No hubo mucho más que hacer después de que le entregasen el regalo. La tarde pasó rápido entre baños, bromas y juegos. Cenaron en la terraza, alumbrados sólo por las pequeñas luces que se encontraban dentro del porche. Pronto, y a pesar de la agradable temperatura del agua, recurrir al baño en la piscina fue una mala idea que quedó reemplazada por las charlas en los sofás mientras jugaban a la videoconsola o entretenían a las mascotas.

Haribo fue el primero en caer dormido, hecho un ovillo en el regazo de su dueño. Giancarlo se había puesto la camiseta unas horas antes y el animal buscó un hueco entre ella y la piel del pelirrojo, acomodándose allí para dormir. Fue la señal que necesitaron para saber que era hora de irse.

Christian realizó las mismas tareas de taxista de siempre una vez estuvieron seguros de que el alcohol había remitido. Giancarlo había barajado la posibilidad de quedarse un rato más hasta que la expresión neutra de Vitto entró en su campo de visión. No era una buena señal, más bien una de esas que le aseguraba que sería mejor idea el quedarse con el chico al menos en un principio.

Fueron los primeros en llegar a casa, como siempre. Christian había planificado bien la ruta: primero los italianos, luego Mel y finalizaría el viaje en su propia casa. Vitto se despidió de Ethan con un "hasta luego" y un leve gesto que le llevó a revolver el pelo del pequeño, antes de salir del vehículo seguido de Giancarlo, no sin antes dedicar un par de gestos a Melanie y Christian.

Durante el camino desde el sitio en que Chris les solía dejar hasta la habitación de Vitto ninguno de los dos pronunció una sola palabra. Vitto parecía sumido en sus pensamientos, y Giancarlo decidió respetarle durante un tiempo. Aún le quedaban un par de días allí, era imposible que no encontrasen otro momento para hablar, alguno en el que estuvieran relajados, con las cosas menos recientes y donde pudiese mirar los acontecimientos con cierta perspectiva.

Aquella noche, Vitto meditó durante varios minutos si debía enviar o no un mensaje a Ethan. Christian le había pedido que no le presionara, que le dejase espacio para pensar y asimilar las cosas. Le había asegurado que Ethan hablaría y se acercaría cuando tuviese las cosas claras. No había especificado un tiempo concreto, pero Vitto sabía que no sería esa noche. Le costó algo de trabajo, pero finalmente dejó el teléfono sobre la moqueta y se metió en la cama. Había dejado el volumen puesto, como cada noche desde que Ethan le dijese que tenía pesadillas. Por si necesitaba llamarle.


La llamada de Christian preguntándoles si querían quedar le resultó tan extraña como que Giancarlo le propusiera matrimonio. Al principio le había sonado a broma, pero al parecer era una oferta totalmente seria que Giancarlo le pidió que no desaprovechase, como si él necesitase que alguien le dijera que Christian no volvería a salir de copas con él hasta el próximo milenio. Ni siquiera le importó que la oferta del rubio se hubiese dado un maldito lunes por la noche, cuando volvía a casa muerto de cansancio por el inicio de la semana. Al menos no tenía turno de mañana al día siguiente y podría dormir la borrachera que esperaba pillarse.

Su relación con Ethan había permanecido como siempre. Más o menos. Aunque continuaban hablando y bromeando a todas horas y a pesar de la capacidad de ambos para fingir que nada había pasado, era evidente que Ethan también recordaba con claridad los acontecimientos del fin de semana y el ambiente entre ambos se había visto asaltado por una sensación extraña que no sabía identificar, pero que no le gustaba lo más mínimo.

No habían vuelto a mencionar el tema, y de hecho Vitto también había evitado mantener una charla con Giancarlo sobre aquello gracias a la forma en la que su expresión se tensaba y su carácter se agriaba cada vez que el pelirrojo intentaba iniciar una conversación sobre lo ocurrido en casa de Matt. Sólo esperaba que Christian no quisiera asaltarle a preguntas o que, si lo hacía, al menos tuviese las respuestas de Ethan para decirle que debía o no hacer.

The light behind his eyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora