XXV: Fix you.

1.3K 116 30
                                    

Vitto se despertó un poco antes de que sonara el despertador de Ethan. Le costó un momento asimilar donde estaba, pero en cuanto consiguió que su mente se despejase un poco recordó todo lo que había ocurrido el día anterior: el almuerzo con Ethan, la conversación con Matt, la pelea con Chris... Se estiró un poco, lo suficiente para desperezarse sin despertar a Ethan, y disimuló un bostezo mientras apartaba el brazo que había mantenido toda la noche sobre la cintura de Ethan.

Se acomodó de nuevo bajo las sábanas y fijó su atención en el rubio. Seguía dormido como una marmota, respirando suave y acompasadamente, y agradeció en silencio que la noche hubiese pasado sin que el chico hubiese tenido que sufrir ningún tipo de pesadilla. Alargó la mano derecha con cuidado hasta la nariz de Ethan y pasó la yema de los dedos por esta, acariciándole con suavidad, mientras esperaba a que el despertador sonase. Según su reloj, apenas le debían faltar unos minutos.

Así fue. El silencio de la habitación apenas duró unos instantes más, y pronto Vitto pudo ver como Ethan se sobresaltaba por el repentino sonido de la alarma, fruncía la nariz y colaba la mano bajo la almohada para poner fin al ruido. El italiano no pronunció palabra alguna, ni se movió en ningún momento. No hasta que Ethan pasó un brazo por su cintura y escondió la cabeza en el hueco de su hombro, haciéndole reír.

—Buenos días, marmota —susurró.

—¿Buenos? —el pequeño estrechó su abrazo y Vitto se vio obligado a pasar su brazo por la espalda de Ethan y acariciarle la nuca con los dedos—. Buenos serían si pudiéramos quedarnos así hasta las diez de la mañana...

"Y que lo digas", pensó con una sonrisa suave.

—Ya podremos hacerlo este fin de semana —se separó un poco del chico y apartó con la mano el cabello de su frente —. Hoy tienes cosas importantes que hacer.

—Lo que tengo es sueño —replicó el otro mientras apartaba la mano de su cintura.

Vitto le miró mientras Ethan rebuscaba bajo la almohada hasta dar con su teléfono, seguramente para apagar futuras alarmas que no serían necesarias ese día. Una vez hecho, volvió a dejar el teléfono donde estaba y se frotó los ojos con el dorso de la mano, soñoliento.

—Vamos, seguro que tienes un buen día en clase —le animó —. Y por la tarde podrás dormir un poco antes de hacer los deberes.

Ethan se estiró en la cama y rió un poco.

—Pero, ¿no quedamos anoche en que hoy faltaba a clase?

—Tendremos que consultar eso con el comandante jefe —bromeó pellizcandole la mejilla. Ethan le sujetó la mano y apretó con suavidad.

—Entonces es un no —murmuró resignado, consiguiendo que Vitto riese—. ¿Has dormido bien?

—Mucho —admitió —. ¿Y tú, topi?

Ethan asintió, sonriente.

—También. Ni me he despertado siquiera.

—Me alegro —susurró él, sonriendo. Tras unos instantes en silencio, suspiró —. ¿Nos levantamos?

—No —rogó el chico, con una mueca de dolor. Vitto se echó a reír.

—Venga, tonto —le acarició el pelo con cariño —. Mientras antes nos levantemos antes volveremos a la cama.

—Eso no tiene sentido y lo sabes.

Vitto sonrió ante la réplica del pequeño. Ethan suspiró e hizo ademán de ponerse en pie, pero aquella buena intención duró demasiado poco, y antes de que se diera cuenta, Ethan había vuelto a acurrucarse bajo las sábanas. Se rascó la cabeza con resignación y apartó las sábanas.

The light behind his eyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora